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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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Contra tales expresiones del legado espiritualista, que resuenan no sólo en los márgenes<br />

del anabaptismo, sino incluso en su interior, como acabamos de ver, la gran tarea de esos sobrios<br />

e ingeniosos exponentes del anabaptismo evangélico normativo que fueron Hubmaier, Marpeck,<br />

Scharnschlager. Riedemann, Walpot y Mermo Simons consistió en recuperar y fundamentar<br />

sólidamente algo que no era, de hecho, sino la coordinación protestante de Palabra y Espíritu.<br />

Claro que, al proceder así, estos anabaptistas de la línea principal seguían distinguiéndose de<br />

Lutero, de Zwinglio y de Calvino por el papel preeminente que daban a la palabra de la Nueva<br />

Alianza.<br />

El descubrimiento que hizo Lutero de la importancia que tiene para el cristiano la fe del<br />

Viejo Testamento (importancia directa, y no puramente alegórica)1925 tuvo como consecuencia<br />

que la división entre lo carnal y lo espiritual se desplazara hacia atrás y, en vez de indicar la<br />

separación entre los dos Testamentos, indicara la existente en el interior del Viejo Testamento.<br />

Pero, en general, semejante consecuencia no fue aceptada por estos anabaptistas.1926 En el<br />

debate de Frankenthal de 1571, los anabaptistas subrayaron el contraste entre el pueblo de Dios<br />

del Viejo Testamento y el pueblo de Dios del Nuevo, mientras que para los reformados se trataba<br />

más bien de la distinción entre dos maneras de ver al pueblo de Dios en el Viejo Testamento:<br />

como una iglesia y como un cuerpo político.1927<br />

Entre los racionalistas evangélicos, Sebastián Castellion y Fausto Socino fueron tal vez<br />

los que formularon en términos más explícitos sus ideas acerca de las Escrituras. Ya nos hemos<br />

ocupado del tratado De sacrae Scnpturae auctoritate de Socino, que tanta influencia tuvo, y<br />

hemos mencionado su idea de que las complejidades que se encuentran en la Biblia vista como<br />

un todo tienen la misma razón de ser que las parábolas de Jesús: Dios quiere que no sean<br />

entendidas sino por los iniciados o elegidos (cap. xxix.7). Aquí podemos dejar que Castellion<br />

hable por los racionalistas evangélicos, observando simplemente que él fue más moralista y<br />

menos literalista que Socino.<br />

Al criterio de Lutero, según el cual la Escritura es "was Christum treibet", corresponde en<br />

línea paralela la opinión teísta ética de Castellion, de que la verdad de la Escritura es todo<br />

aquello que impulsa hacia el mejoramiento de la humanidad. <strong>La</strong> moral es, para Castellion, la<br />

suma del contenido de las Escrituras, mientras que la razón es el principio formal, entendido a la<br />

vez como el sentido común de la humanidad sencilla e indocta (en contraste con los raciocinios<br />

de los escolásticos católicos y de los "escribas" protestantes) y como el Logos eterno y<br />

preexistente, la Sabiduría presente en los libros del Viejo Testamento, en los apologistas y en los<br />

estoicos. <strong>La</strong> razón, con su intención santificante, viene a ser, en realidad, lo mismo que el<br />

Espíritu. Y, en efecto, Castellion les asigna de manera intercambiable unos mismos atributos y<br />

unas mismas tareas. El Espíritu que alienta tras las Escrituras y la razón de aquel que las<br />

interpreta ocupan, en el teísmo ético de Castellion, el sitio que Cristo, en cuanto opus Da, tiene<br />

en la teología de Lutero. Donde Lutero dice sola fides y sola scriptura, Castellion dice ratio y<br />

spiritus.<br />

De manera un tanto distinta de Socino, Castellion afirma que lo que no puede ser<br />

entendido por la razón es innecesario para la salvación y constituye materia perfectamente<br />

abierta a la discusión y al debate. En vez de la verdad objetiva, lo que él exalta es la verdad<br />

1925 Véase James S. N. Preus, From Shadmti to Promise: The Oíd Testament in the Hermeneutic ofthe Mídale Ages and the<br />

Young Luther, Cambridge, 1969, libro en que se rechazan las opiniones de Gerhard Ebeling y Heinrich Bornkamm.<br />

1926 Véase la serie de contribuciones hermenéuticas publicadas en MQR, XL (1966), 83-156, y Henry Poettcker, "Menno Simons'<br />

View ofthe Bible as Authority", en Dyck (ed.), A Legacy, pp. 31-54.<br />

1927 Jesse Yoder, op. cit.

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