12.02.2018 Views

WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

establecidas o de los conventículos radicales; y otras veces, en fin, se refiere a la Palabra<br />

encarnada, al Verbo, o sea, naturalmente, al Cristo histórico. <strong>La</strong> Palabra interior puede asimismo<br />

tener varios significados: puede ser el abismo interno del yo (Abgrund), identificable<br />

superficialmente con la conciencia; puede ser el principio coherente de la Escritura ("el que hace<br />

que Cristo sea uno"); y puede, finalmente, referirse a aquella eterna Palabra que es<br />

consubstancial con la Divinidad del Padre.<br />

En las controversias entre los radicales y los exponentes del protestantismo clásico casi<br />

nunca estuvo bajo discusión la unicidad del Verbo encarnado. <strong>La</strong> controvertida cuestión de las<br />

dos naturalezas de Cristo pertenece, en todo caso, a la sección dedicada a las doctrinas<br />

cristoiógicas (cap. xi.3). Los puntos de discusión que ahora importa destacar son: 1) la relación<br />

entre el Jesús histórico (comprendiendo en él sus palabras registradas en los evangelios) y la<br />

Palabra interior, por la cual puede entenderse la iluminación de la conciencia o aquello que se<br />

hace presente por la fe o por la exaltación mística; 2) la relación entre el Viejo y el Nuevo<br />

Testamento; y 3) la relación entre todas las palabras de la Escritura, que forman colectivamente<br />

la Biblia, y la Palabra eterna y consubstancial, activa en la creación y en la revelación, y, en<br />

consecuencia, percibida al menos oscuramente por hombres de la Vieja Alianza y por los<br />

paganos que más luces tuvieron en los tiempos anteriores a la encarnación. Los problemas<br />

teológicos y epistemológicos anexos a estas relaciones llevaban naturalmente a nuevas<br />

cuestiones: 4) la relación entre el papel de la Palabra consubstancial y el del Espíritu en la<br />

inspiración de la Escritura, y 5) la relación de estas dos Personas de la Trinidad con la Palabra<br />

interior y/o con el espíritu interior del hombre, así como con la experiencia objetiva y verificable<br />

de un espíritu externo, por ejemplo en la justificación, en la exaltación religiosa y en la<br />

inspiración colectiva.<br />

No estará de más recordar aquí que esos cinco aspectos de la problemática de la Palabra y<br />

el Espíritu fueron objeto de controversia no sólo entre la <strong>Reforma</strong> <strong>Radical</strong> y el protestantismo<br />

normativo, sino también, y con mucha intensidad, en el seno de la <strong>Reforma</strong> <strong>Radical</strong> misma. A la<br />

vigorosa corriente racionalista que existía en uno de los sectores de la <strong>Reforma</strong> <strong>Radical</strong>, y al<br />

fuerte ingrediente de misticismo medieval que perduraba en los otros dos sectores, se añadía, en<br />

efecto, ese espiritualismo multiforme y omnipresente que era a la vez el reflejo y la interpretación<br />

de la experiencia carismática pentecostal o "revivalista" que tan difundida estuvo entre<br />

quienes abrazaron las nuevas formas de cristianismo, predominantemente populares y<br />

conventiculares. Este espiritualismo libre de ataduras, apartado de las cuerdas restricciones de la<br />

vida sacramental y de los usos tradicionales de las parroquias establecidas (por diverso que fuera<br />

su grado de reforma), tuvo a menudo expresiones excéntricas y fantásticas. Pero las<br />

extravagancias no deben hacer perder de vista el hecho de que una buena porción del<br />

espiritualismo de la <strong>Reforma</strong> <strong>Radical</strong> se remonta a Lutero mismo y, en menor medida, a<br />

Zwinglio.1912<br />

Lutero, sin embargo, estuvo siempre cuidadoso de guardar su posición. Solafideísta como<br />

era por origen y por proclamación, reconocía plenamente el poder de lo interior y de lo<br />

espiritual; pero una y otra vez se reíirió a la doble manera como Dios trata al hombre: "Lo<br />

interior viene después de lo exterior y mediante lo exterior, y es voluntad de Dios no dar a nadie<br />

lo interior sin los signos exteriores por él instituidos", como los sacramentos y la<br />

predicación.1913 En no pocas ocasiones observó Lutero que los espiritualistas propiamente<br />

dichos y los anabaptistas de tendencia espiritualista, muchos de los cuales lo reconocían como su<br />

1912 Véase KarI Steck, Luther und die Schwármer, Zurich, 1955.<br />

1913 Citado por Rupp, loc. cit., p. 25.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!