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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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Estuvo viviendo en una villa del barrio de Chiaja. Allí recibía a sus amigos y discípulos y allí<br />

escribió su precioso Diálogo de la lengua (1535), que muestra no sólo su cultura de humanista,<br />

sino también, de paso, su familiaridad con las epístolas paulinas. Trabó gran amistad con la<br />

hermana del cardenal Gonzaga, Julia Gonzaga, joven de veintidós años, pero que llevaba ya ocho<br />

de viuda. Julia era famosa por su belleza y por su gran personalidad, y esta fama había tenido un<br />

destello más en 1534, cuando el pirata Barbarroja trató de secuestrarla para llevársela al Sultán.<br />

Admirada y festejada, esta mujer perseveró en su búsqueda religiosa, y supo conservar sus<br />

amistades masculinas en un plano elevado, superando y espiritualizando las emociones que<br />

inevitablemente despertaba en los demás. Era su espíritu el que presidía el círculo evangélico en<br />

que entró Valdés al convertirse, en 1536, en consejero espiritual de Julia. A ella le dedicó el<br />

humanista español todas las obras que escribió en Nápoles (salvo las dos últimas, que quedaron<br />

inconclusas a su muerte).<br />

El italiano que se encargó de la publicación de sus póstumas Ciento diez consideraciones<br />

divinas1229 llamó a Valdés "doctor y pastor de nobles e ilustres personas". Incluso Teodoro<br />

Beza, que en un tiempo había visto con recelo a Valdés y había juzgado negativamente sus<br />

Consideraciones, acabó por reconocer que ese centro religioso por él dirigido era "la congregación<br />

de la iglesia cristiana en Ñapóles".1230 Carnesecchi, que salió de Roma al mismo<br />

tiempo cjue Valdés, no vaciló en declarar que esa red evangélica tendida en Ñapóles y en sus<br />

alrededores era verdaderamente "el Reino de Dios".<br />

Después de un sermón de cuaresma predicado por fray Bernardino Ochino en la iglesia<br />

de San Juan el Mayor, Valdés entabló con Julia Gonzaga un diálogo que, a petición de ella,<br />

registró por escrito esa misma noche lo mejor que pudo. Esta obrita, traducida luego al toscano y<br />

dedicada a Julia, es el célebre Alfabeto cristiano (1536), introducción al camino de la "perfección<br />

cristiana".1231 En su primerizo Diálogo español, Valdés se había dirigido a todo el mundo<br />

cristiano; en el Alfabeto se dirige a una sola alma. A primera vista, este manual del cristiano no<br />

hace más que proponer una vicia sencilla y conforme a la moral, pero detrás de esto hay una<br />

doctrina en realidad herética. Desarrolla, en forma de preguntas y respuestas, algunas de las ideas<br />

básicas del Diálogo de doctrina cristiana (cap. 1.3). Elabora la dialéctica del "oficio de la Ley" y<br />

el "oficio del Evangelio" en cuanto instrumento indispensable para el despertar de la conciencia a<br />

la experiencia del pecado y de la gracia.1232 Además de tocar los temas del pensamiento<br />

protestante clásico, el Alfabeto trata también del triple conocimiento de Dios1233 (apenas<br />

implícito en elDiálogo), situándolo en el contexto del Credo de los Apóstoles:<br />

de Ñapóles", Cuadernos de Historia de España, Buenos Aires, 1962, núms. 35/36, pp. 202-273; 1963, núms. 37/38, pp. 199-291<br />

(y números subsiguientes, hasta el año 1966); también Benedetto Croce, Storía del regno di Napoli, 2 a ed., Barí, 1953, donde se<br />

lee, p. 127: "Había, en una palabra, un fermento religioso que parece precursor de los levantamientos nacionales y religiosos de<br />

Flandes."<br />

1229 Celio Secondo Curione, que las publicó en Basilea en 1550.<br />

1230 Nieto, Juan de Valdés, pp. 162-166, propone abandonar el término de "círculo valde-siano", que es el más usado por los<br />

investigadores, y acumula argumentos que obligarían a hablar de una verdadera "iglesia valdesiana".<br />

1231 <strong>La</strong> 1 a edición es de Venecia, 1545. <strong>La</strong> mejor edición moderna del texto italiano es la de Benedetto Croce, Alfabeto cristiano:<br />

Dialogo con Giulia Gonzaga, Bari, 1938. El texto italiano lúe reeditado en Londres, 1860, por Benjamin WilTen; de aquí lo<br />

reprodujo Luis de I- so/, y Río, Londres, 1861, con una traducción española suya y otra inglesa de B. Wiffen (Reformistas<br />

antiguos españoles, vol. XV); la traducción de Usoz, modernizada, fue reeditada Por B. Foster Stockvvell, Buenos Aires-México,<br />

1948; la traducción inglesa puede verse en SAW, pp. 351-390. - Sobre Julia Gonzaga, véase ahora Bainton, Women, vol. I, cap.<br />

X.<br />

1232 Ed. Stockwell, pp. 55-58.<br />

1233 Ibid., pp. 106-108.

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