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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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importante que está incluso por encima de la fe, concebida como una meta subjetiva hacia la cual<br />

debe tender cada individuo. En su último año de vida también parece haberse ocupado Castellion<br />

de la doctrina de la Trinidad.1520 <strong>La</strong> triadología, para él, no era una cosa racional: era un simple<br />

adiaphoron, es decir, un terreno de creencia subjetiva en el que todas las posiciones merecían el<br />

mismo respeto, aunque él, en lo personal, expresaba la esperanza de que la armazón tradicional<br />

edificada en torno a la Divinidad pudiera desecharse a fin de allanar el camino para la conversión<br />

de los turcos y los judíos a un cristianismo simplificado.<br />

Otros refugiados religiosos que dieron expresión a sus censuras por la ejecución de<br />

Servet a manos de Calvino, y que llegaron a desviaciones doctrinales parecidas respecto de la<br />

ortodoxia reformista, fueron Bernar-dino Ochino y Lelio Socino.<br />

c) Ochino y Lelio Bocino<br />

Un día después de la ejecución de Servet, cuando las cenizas de la hoguera estaban aún<br />

tibias, llegó a Ginebra Bernardino Ochino (cap. xxi.4), que acababa de huir de la Inglaterra de<br />

María Tudor y que, lleno de indignación y de pena, le dijo a Calvino lo que pensaba de él. De<br />

Ginebra se encaminó a Chiavenna, de allí a Basilea -donde conoció, en casa de Curione, a un<br />

grupo de estudiantes polacos-, y de Basilea a Zurich. Aquí, por influencia de Lelio Socino,<br />

obtuvo el cargo de pastor de la congregación italiana, formada por un centenar de refugiados<br />

procedentes de Locarno. <strong>La</strong> pequenez de la congregación, considerada como provisional,<br />

mientras sus miembros aprendían el suficiente alemán para pasar a formar parte de las parroquias<br />

normales de Zurich, le dio a Ochino el ocio necesario para la escritura.<br />

Lelio Socino, que había salido de Italia después de Ochino y antes de la deserción del<br />

anabaptista Manelfi, tenía, como seglar que era, mayor libertad de movimiento que los<br />

evangélicos pertenecientes al clero. Había llegado a Padua por los días en que Servet era<br />

ejecutado en Ginebra, pero tanto Beza como Calvino, según queda dicho, sospechaban que había<br />

colaborado con Castellion en el De haereticis. <strong>La</strong> muerte de Servet hizo que la indagadora mente<br />

de Lelio se concentrara en la doctrina de la Trinidad. Después de vivir sucesivamente en Basilea<br />

(enero de 1554) y en Ginebra (abril del mismo año), donde dejó caer ciertas observaciones<br />

imprudentes, acabó por fijar su residencia en Zurich. Pero Bullinger, a instancias de Calvino y de<br />

otros, lo obligó a reafirmar su ortodoxia, cosa que él tuvo que hacer en un documento conocido<br />

con el nombre de Confessio de Deo (15 de julio de 1555).1521<br />

En esta Confessio afirma Lelio su derecho a "la libertad de hacer preguntas a mis<br />

mayores y de disputar modesta y reverentemente a fin de acrecentar mi conocimiento de las<br />

cosas divinas". Se refiere de manera respetuosa a los tres grandes credos; pero, aunque declara<br />

detestar "los errores de Servet y toda la teología arriana", así como la herejía de los anabaptistas,<br />

evita, con toda intención, decir en qué consisten precisamente tales errores. Al hablar de la<br />

cuestión del sueño del alma sus palabras son equívocas, pero sus convicciones escatológicas,<br />

transmitidas por Camilo Renato, se transparentan cuando dice al final: "Ojalá todo cuanto deseo<br />

vaya enderezado a este fin: la resurrección [de los justos] de entre los muertos; ojalá, trasladado<br />

entre las nubes, pueda encontrarme con mi Señor en el éter,'y vivir para siempre con él, alabando<br />

a nuestro Dios y Padre en el mundo que no tiene fin." Bullinger se dejó convencer de la<br />

ortodoxia de Lelio, y en señal de confirmación los dos hombres se dieron la mano. Pero Julio de<br />

1520 Rotondó, "Atteggiamenti", pp. 1006-1007.<br />

1521 Hay traducción inglesa de este documento, por Edward M. Hulme, en Persecutian and Liberty: Essays in Honor of <strong>George</strong><br />

Lincoln Burr, Nueva York, 1931, pp. 221-225.

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