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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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En <strong>La</strong> regeneración y la nueva creatura, de donde está tomada la cita precedente, Philips<br />

expone su concepto de la salvación, la cual -dice- no es sino la restitución progresiva de la<br />

imagen de Dios en los hombres mediante el bautismo regenerador y el alimento eucarístico. En<br />

Cristo, imagen del Dios invisible, en Cristo, nuevo Adán, los fieles renacen para hacerse<br />

partícipes de la naturaleza divina, de la celestial y sagrada carne de Cristo, o sea, en cierto<br />

sentido, para hacerse dioses:<br />

Ahora bien, aunque los hombres se hacen partícipes de la naturaleza divina, o sea dioses<br />

e hijos del Altísimo, no llegan sin embargo a ser, en su esencia y persona, lo que sólo Dios y<br />

Cristo son. ¡Oh, no! <strong>La</strong> creatura nunca llegará a ser el Creador, y la carne nunca llegará a ser el<br />

espíritu eterno que es Dios, pues esto sería imposible. Pero los creyentes se convierten en dioses<br />

e hijos del Altísimo a través, del nuevo nacimiento, la participación y compañía de la naturaleza<br />

divina, la justicia, la gloria, la pureza y la vida eterna.1136<br />

Será oportuno hacer un resumen de la evolución que va de Melchor Hofmann a Dietrich<br />

Philips. Para Hofmann, la doctrina de la carne celestial era la sanción de un nuevo orden que él<br />

concebía a la vez desde el punto de vista de la experiencia y desde el punto de vista escatoiógico.<br />

Para Menno, el nuevo orden estaba primariamente en la iglesia de los regenerados, a la cual le<br />

competía emplear fielmente la excomunión para mantener una comunidad inmaculada en medio<br />

del mundo del mal. Para Philips (como para el espiritualista Schwenckfeld), lo importante era la<br />

manducación mística de la carne celestial de Cristo en la comunión, así como la divinización<br />

progresiva.<br />

Dietrich, sin embargo, no era perfeccionista en su eclesiología. Sabía que siempre habría<br />

reincidentes, e incluso hipócritas. Pero la iglesia tenía el deber de servirse de la excomunión para<br />

ayudarse a permanecer lo más pura posible.<br />

<strong>La</strong> congregación toda es la que ata y desata en nombre de Dios; sin embargo, los<br />

predicadores y maestros tienen en esto un papel importante: son comisionados directamente por<br />

Dios, o por Dios mediante la operación de la iglesia entera. Sus heroicas funciones se exponen en<br />

<strong>La</strong> misión de los predicadores y maestros. Este tratado sobre la forma de gobierno muestra con<br />

toda claridad que los adversarios de Dietrich son fundamentalmente los espiritualistas como su<br />

hermano Obbe, como Franck, como Schwenckfeld. En ese escrito también subraya Dietrich la<br />

importancia de la proclamación de la ley como preparativo para la proclamación de la gracia de<br />

Dios. <strong>La</strong> palabra "anciano" y la palabra "obispo" parecen haber sido intercambiables en la<br />

literatura mennonita más antigua. Ya hemos observado que no pocos ex-sacerdotes católicoromanos,<br />

entre ellos Menno Simons, Dietrich Philips y Adán Pastor, sintieron tan necesaria la<br />

reordenación como el rebautismo. Pero es éste un capítulo oscuro de la historia de los<br />

mennonitas. <strong>La</strong> sucesión, entre ellos, era espiritual en el sentido hofmanniano de una sucesión de<br />

conversos rebautizados a quienes los ancianos, mediante la imposición de las manos,<br />

seleccionaban como guías carismáticos.<br />

En otro tratado, <strong>La</strong> iglesia de Dios,1137 expone Dietrich más circunstanciadamente, y en<br />

lenguaje elevado, el concepto anabaptista evangélico de la auténtica iglesia, que se congregó<br />

primeramente en el cielo, entre los ángeles, que fue reconstituida en el Paraíso, y que, pese a las<br />

1136 Van der menschwerdinghe ans heeren Jesu Christi, BRN, X, 148-149. Hay traducción inglesa en Beachy, op. cit., p. 75.<br />

1137 Hay traducción inglesa en SAW, pp. 226 ss.

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