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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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personas de Polonia, Moravia y Transilvania, por una parte, y de Flandes y los Grisones, por<br />

otra.<br />

En los Grisones, varios centenares de familias seguidores de Camilo Renato continuaban<br />

bajo la dirección de pastores que se habían negado a suscribir la confesión rética de 1561 (cap.<br />

xxn.3). Algunos de éstos, como Miguel Ángel Florio, Jerónimo Turriani y Camilo Socino,<br />

mantenían contactos con Basilea y Zurich. Camilo, de hecho, había sido huésped de Besozzi en<br />

Zurich poco antes de que se le expulsara de ahí por hereje. Otra fuente de fervor eran los nuevos<br />

refugiados radicales que no dejaban de llegar de Italia a Retia. Uno de ellos fue Ludovico Fiere,<br />

que en 1561 se trasladó a Moravia, para volver otra vez a Retía en 1567. Fiere sostenía que<br />

Cristo era inferior a Dios Padre, puesto que fue engendrado por el Espíritu Santo. También es<br />

preciso mencionar a un mercader de Zurich, el sienes Darío Scala, hombre de mucha influencia<br />

entre los radicales rédeos, para los cuales compuso un alegato (cuyo manuscrito se<br />

conserva)1792 en apoyo de su postura, y en contra de Mainardi. <strong>La</strong> supervivencia del<br />

radicalismo rético parece haberse facilitado gracias al pastó-rado de Jerónimo Zanchi, yerno de<br />

Curione, como jefe de la iglesia de Chiavenna (1563-1567). Zanchi era un teólogo reformado de<br />

tendencia conservadora; pero su busca de reposo en las montañas nos lo muestra como un<br />

disciplinario más moderno que su predecesor Mainardi o que su sucesor Escipión Léntulo.<br />

Este último, que había sido valdense, obtuvo un decreto federal en que se exigía que<br />

todos los miembros de la iglesia suscribieran una confesión ortodoxa de fe (1570), y para ponerlo<br />

en vigor hizo que se reuniera un sínodo el año siguiente. A partir de ese momento, los radicales<br />

réticos limitaron su actividad a un discreto contacto con hermanos de Basilea y otros lugares.<br />

Pero, aparte de esta comunidad establecida en los Grisones, los racionalistas evangélicos<br />

italianos de la zona de los Alpes dependieron casi enteramente de mercaderes como Camulio,<br />

Besozzi y Francisco Betti. Este último fue otro de los miembros del grupo de Zurich, y vivió en<br />

casa de Ochino. Había huido de Italia eji 1557, en compañía de Jacobo Acon-cio, secretario de<br />

Fernando de Ávalos, marqués de Pescara, marido de Victoria Colonna y delegado de Felipe 11<br />

ante el Concilio de Trento. Aconcio se trasladó más tarde a Inglaterra, donde se hizo ilustre como<br />

apóstol de la tolerancia (cap. xxx.3); Betti permaneció en Zurich, pero, a semejanza de Besozzi,<br />

se vio obligado finalmente a huir a Basilea (1565), donde desplegó gran actividad, organizando<br />

reuniones importantes y contribuyendo al intercambio de información.<br />

Entre estos hombres se encontró Fausto Socrno (cap. xxix.7) en el año que siguió<br />

inmediatamente a la muerte de su tío. Y ahora volvemos a la Iglesia Menor de Polonia en<br />

vísperas de la llegada del más influyente de todos los radicales italianos emigrados.<br />

6. LA HISTORIA DE LOS HERMANOS POLACOS<br />

DE 1575 A LA LLEGADA DE FAUSTO SOCINO (1579)<br />

Dejamos a la colonia comunitaria, anabaptista y anti-nicena de Raków en los momentos<br />

en que su teología y su disciplina, ya consolidadas, encontraban formulación en la Catechesis de<br />

Schomann, escrita en 1574 (cap. xxvii.4). Al quedar Schomann como pastor de Pinczów, el<br />

portavoz principal de la comunidad de Raków fue el boticario Simón Ronemberg, que tan activo<br />

papel había tenido en los intercambios con los hutteritas. Más recientemente (cap. xxix. 1 y 3)<br />

hemos cubierto dos aspectos de la pugna entre los miembros del grupo de Raków,<br />

1792 Véase supra, cap. xxv, a la altura de la nota 33

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