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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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Con excepción de un momento en que lo vimos en París, la última vez que nos<br />

encontramos con Servet estaba a punto de salir de Basilea para Lyon (cap. x.3.f). Establecido en<br />

esta última ciudad con el nombre de Villanova-nus, se dedicó a publicar ediciones anotadas de<br />

textos geográficos, científicos y bíblicos. Encontró un mecenas en la persona del doctor<br />

Sinforiano Champier (t 1539), y en 1536 se encaminó de nuevo a París para estudiar allí<br />

medicina. En París publicó un tratado farmacológico sobre los jarabes, dedicado en gran parte a<br />

la teoría de la digestión. Este tratado, que gozó de gran aceptación, tuvo varias ediciones y le<br />

dejó ciertas ganancias al autor. Servet se interesó asimismo por la astrología y la astronomía, que<br />

él consideraba ciencias auxiliares de la medicina, a causa de la supuesta influencia de los astros<br />

en la fisiología humana. Esto le atrajo graves censuras de los miembros de la facultad de<br />

medicina, en parte por razones científicas, en parte por celos profesionales. Fue amonestado por<br />

el Parlamento de París, pero no condenado, y su verdadera personalidad no fue descubierta.<br />

Salió entonces de París y se dedicó a la práctica de la medicina sucesivamente en Lyon,<br />

en Aviñón, en Charlieu y en Vienne. En esta última ciudad estuvo viviendo en unas habitaciones<br />

que quedaban dentro del recinto del palacio arzobispal de Pedro Palmier. Siguió transcribiendo y<br />

editando libros geográficos, y en 1542 publicó una edición de la Biblia en un volumen. Después,<br />

en 1545, publicó la llamada Biblia de Pagnini, en seis volúmenes, con glosas. Llevó en esta<br />

época una vida tranquila y respetada. Se dedicaba en secreto a la especulación teológica y a la<br />

redacción de sus escritos, y exteriormente se conformaba a los usos de la iglesia católica. Más<br />

tarde justificaría este nicodemismo aduciendo el ejemplo de San Pablo, que estando en Jerusalén<br />

no tuvo ningún inconveniente en conformarse exteriormente a las prácticas judías del Templo<br />

(Hechos de los Apóstoles, 21:26).<br />

Servet, hombre de voracidad intelectual sin límites, consiguió algunos de los escritos de<br />

Calvino, que leyó con gran interés, pero también con mirada crítica, y con la creciente<br />

convicción de que él tenía mucho que enseñarle al reformador ginebrino. Resolvió entonces<br />

poner sus opiniones en conocimiento de Calvino, y en 1546 le mandó una copia del manuscrito<br />

de suRestitutio Christianismi, así como tres preguntas, formuladas de manera extraña, sobre<br />

cristología, sobre la regeneración y el Reino, y sobre la relación de la fe con el bautismo y la<br />

Cena del Señor.1466 Calvino, recordando el esfuerzo anterior y "azaroso" que había hecho en<br />

París con el deseo de "ganarlo para Cristo",1467 juzgó adecuado contestarle por extenso, aunque,<br />

como él decía, le fastidiaba tener que escribir un libro para un solo lector. Servet quedó<br />

insatisfecho con las respuestas, pues en verdad lo que le importaba era comunicarle más<br />

plenamente sus ideas a Calvino, no aprender cosas de él. En total, le mandó a Calvino treinta<br />

discursos epistolares además del manuscrito de la Restitutio.<br />

Calvino decidió no desperdiciar más su tiempo en respuestas detalladas a las cartas de<br />

Servet, pero le envió un ejemplar de sulnstitutio, diciéndole que en ella encontraría una buena<br />

exposición de sus ideas. Por esos días le escribía a Farel: "Servet acaba de enviarme, junto con<br />

un paquete de cartas, un largo volumen de sus delirios. Si yo lo consiento, él vendrá aquí; pero<br />

no pienso dar ese consentimiento, pues, en caso de venir, si algo vale mi autoridad, no voy a<br />

tolerar que salga vivo de aquí."1468 Servet devolvió el ejemplar de la Institutio con anotaciones<br />

críticas, pero Calvino mantuvo en su poder el borrador manuscrito de la Restitutio.<br />

1466 OC, vol. VIII, col. 482.<br />

1467 Refutatio errorum Michaelis Serveti, ibid., col. 481, nota 1.<br />

1468 OC, vol. XII, cois. 282-284.

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