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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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de incorporación (V erleiblichung). Finalmente-a semejanza, más o menos, de lo que había<br />

hecho Obbe Philips-, Weigel llegó a sentir que su propia vocación era vana; más aún: que la<br />

institución toda de los ministros ordenados era obra del Anticristo. Pero durante su vida (t 1588)<br />

mantuvo en secreto la mayor parte de sus ideas radicales y siguió predicando un luteranismo<br />

relativamente ortodoxo. Nunca fue atacado por nadie, y los informes periódicos que su<br />

superintendente escribía después de cada visita se refirieron siempre en términos elogiosos a sus<br />

sermones y a sus empresas caritativas.<br />

Seguidor de la antropología tripartita que también había sostenido Hubmaier, y que en<br />

realidad se remontaba a San Pablo y a Orígenes, Weigel distinguía tres mundos, a saber: el<br />

mundo material (o mundo de las tinieblas), el mundo invisible o angélico y el mundo de Dios.<br />

Dios es el summum bonum, la bienaventuranza en sí. <strong>La</strong> persona que acepta la salvación se<br />

convierte en Dios. También hay que decir que Weigel sostenía la doctrina de la carne celestial de<br />

Cristo.<br />

<strong>La</strong> visión teosófica de Weigel, que él supo expresar de manera verdaderamente refinada,<br />

no es sino la reelaboración teosófica de la teología cristiana ortodoxa. Su pensamiento, complejo<br />

pero no sistemático, ejerció bastante influencia sobre pensadores más tardíos, especialmente Juan<br />

Arndt (1555-1621) y el místico pietista Jacobo Boehme (1575-1620). Weigel puede llamarse, no<br />

sin razón, un proto-pietista. Sus escritos, revisados por el padre del pietismo alemán, Juan Arndt,<br />

de Anhalt, contribuyeron mucho a la base doctrinal de ese movimiento más tardío.<br />

En el pietismo del siglo xvn acabarían por confluir las corrientes más apacibles del<br />

anabaptismo, del espiritualismo y del racionalismo evangélico.54 No es de sorprender que el<br />

pietismo haya sido llamado "nieto del anabaptismo".55 <strong>La</strong> región en que el anabaptismo era más<br />

vigoroso, o sea el cuadrante sudoeste del Imperio, fue la misma que presenció más tarde el auge<br />

del pietismo.<br />

El schwenckfeldianismo y el pietismo están emparentados más estrechamente aún, si no<br />

desde el punto de vista genético, al menos desde el punto de vista morfológico. Es bien posible<br />

construir una cadena de influencias cuyos eslabones van de Schwenckfeld a través de Weigel y<br />

Arndt (acusados ambos de schwenckfeldianismo), de Jacobo Boehme (que admitió lo mucho que<br />

debía a Schwenckfeld, Paracelso y Sebastián Franck), de los dos Breckling, padre e hijo, y de<br />

Cristian Hoburg (schwenckfeldiano desterrado a Holanda) hasta Felipe Spener, educado en<br />

Estrasburgo.58 El pueblo natal de Spener, Rappoltsweiler (Ribeauvillé), en la alta Alsacia, había<br />

formado parte, en otros tiempos, de una zona -Estrasburgo, <strong>La</strong>ndau, Espira. Rappoltsweiler—°7<br />

en que Schwenckfeld había tenido un númeiv> considerable de seguidores.<br />

Los mennonitas que vivieron un siglo después del período abarcado por el presente libro<br />

serán llamados Stillen im <strong>La</strong>ude y estarán estrechamente relacionados con el movimiento<br />

pietista; 58 pero el anabaptismo evangélico de las dos primeras generaciones formativas difería<br />

marcadamente del pietismo de más tarde desde varios importantes puntos de vista.58 Es verdad<br />

que los dos movimientos protestaron contra la falta de libertad de conciencia que reinaba en las<br />

iglesias oficiales; es verdad que los dos rechazaron las sutilezas dogmáticas, que los dos fueron<br />

expresiones conventiculares del cristianismo, y que los dos engendraron un profundo impulso<br />

misionero. Pero el anabaptismo exaltó al "Cristo amargo" del sufrimiento, y el destino que<br />

ofreció a sus conversos rebautizados fue una vida de luchas peligrosas en la que no estaba<br />

excluido el martirio, mientras que el pietismo puso por encima de todo el "dulce Cristo" de la<br />

vida devota y de la filantropía.<br />

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