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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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más agitación. Pero Renato no pudo obedecer semejante promesa, y el 6 de julio de 1550 fue<br />

excomulgado formalmente. Entonces se dedicó a organizar "una iglesia de los anabaptistas".<br />

En esta coyuntura intervino en la controversia Pedro Pablo Vergerio, desde su puesto,<br />

recién adquirido, de pastor del pueblecito de Vicoso-prano. Después de abandonar su báculo<br />

episcopal en Capodistria en 1549, este antiguo prelado de noble cuna y gran experiencia, ganada<br />

como legado que había sido de la Santa Sede en Francia y en Alemania, estaba seguramente muy<br />

atento a la posibilidad de sustituir a Mainardo como principal portavoz de la iglesia reformada de<br />

habla italiana establecida en Retia. Presentándose como "el visitador autorizado del sínodo", fue<br />

él quien presidió el acto en que Camilo se retractó solemnemente, el 21 de enero de 1551. No<br />

existen documentos que hablen de un choque entre Camilo y Vergerio, pero es extraño que<br />

Camilo, al poner su firma en esta segunda retractación, libre de todos los temores de hoguera y<br />

de cárcel que naturalmente lo habían agarrotado en la Ferrara inquisitorial un decenio antes, no<br />

haya hecho ningún intento por salvaguardar ni siquiera las más moderadas de sus doctrinas, y<br />

aquellas que todavía podían ser objeto de discusión dentro de un contexto reformista. Vergerio,<br />

por su parte, estaba en capacidad de suscribir o por lo menos de tolerar una serie de posiciones<br />

que iban desde el evangelismo católico hasta el espiritualismo anti-trinitario, pasando,<br />

naturalmente, por el luteranismo. Después de conseguir que Camilo renunciara efectivamente al<br />

principio radical y divisivo del bautismo de los creyentes y del rebautismo y se retractara<br />

formalmente del resto de sus enseñanzas, Vergerio, sin duda, tuvo durante algún tiempo la<br />

esperanza de presentarse a sí mismo ante los teólogos del norte como un afortunado remediador<br />

del cisma, habiendo puesto de su lado a un Camilo que, desde posiciones moderadas, colaboraba<br />

en la edificación de una iglesia italiana comprensiva y latitudinaria en suelo rético. Muy poco<br />

después defendería su política de comprensión, expresando la esperanza de que Retia se hiciera<br />

famosa en el mundo entero por su manera de tratar todas esas cuestiones con prudencia y con la<br />

mayor blandura, "como Dios nuestro Señor nos trata a nosotros". El acuerdo con Camilo, si es<br />

que lo hubo, no debió durar mucho tiempo. Camilo reanudó sus actividades sectarias, y fue<br />

capturado en una salida que hizo de su santuario rético en Bérgamo, en el otoño de 1552.<br />

Podemos dejarlo allí, encarcelado, sí, pero confiado también en que pronto se escaparía sin<br />

mayores dificultades (cap. xxn.3); y ahora nos ocuparemos del movimiento anabaptista italiano<br />

fuera de Retia.<br />

2. El movimiento anabaptista veneciano fuera de retía (1533-1551):<br />

el sínodo anabaptista de venecia (1550) y la deserción de pedro manelfi (1551)<br />

El anabaptismo italiano, según dijeron dos anabaptistas relapsos, tuvo como fundador a<br />

Camilo Renato.1297 Pero, como hemos visto (cap. xxi.2), hubo en el movimiento otros<br />

ingredientes y otras personalidades, de tal manera que no todas sus características tienen que ver<br />

con la doctrina o la práctica de Camilo. El anabaptismo italiano mostró en muchos casos una<br />

fuerte tendencia racionalista, que lo llevó, entre otras cosas, a someter a una crítica programática<br />

las dos fórmulas del Credo cristiano, la de Nicea y la de Calcedonia. En contraste con el<br />

anabaptismo nórdico, generalmente hizo hincapié en la predestinación a la fe salvadora y, en este<br />

contexto, el papel redentor y por consiguiente el señorío de Cristo en las iglesias fueron poco<br />

tenidos en cuenta, cuando no desdeñados. Sus prácticas concretas con respecto al rebautismo -<br />

por ejemplo, la inmersión -pueden haber perpetuado costumbres católicas locales; en efecto, al<br />

lado del simple vertimiento de agua, la inmersión (total o parcial) sobrevivió desde la antigüedad<br />

1297 Carta de Vergerio a Bullinger (10 de enero de 1553): Bullingers Korrespondenz, ed. Schiess, vol. I, núm. 199:2.

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