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WILLIAMS, George H. (1979) La Reforma Radical, Harvard University, Massachusetts (1)

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Poco después llegó un profeta despistado que predicaba la penitencia, llamado Venturio o<br />

Juan Bautista Ítalo, porque en efecto venía de .Italia. Estuvo aposentado en casa de Capitón y, a<br />

través de un intérprete, contó episodios de su vida ante un grupo de oyentes. Había estado de<br />

visita en Turquía, donde le fue revelada, en una visión, la conversión de los turcos y de los judíos<br />

a la fe de Cristo. A su regreso a Italia, vivió la vida de un ermitaño-profeta, encarcelado a<br />

menudo por las fogosas condenas que le gustaba lanzar, muy en la tradición de Savonarola.<br />

Había predicado abiertamente que el saqueo de la Ciudad Eterna en 1527 no era sino el justo<br />

castigo que se merecía el papa. Se encontraba ahora en territorio germánico con la idea de hablar<br />

con Lutero y el rey Fernando, nada menos, y conminarlos a arrepentirse. Quizá no muy bien<br />

informado en cuanto a la constitución del Imperio o en cuanto a la geografía alemana, pidió que<br />

el ayuntamiento de Estrasburgo le mandara al gran reformador de Witteñberg la orden de<br />

.comparecer. <strong>La</strong>s autoridades de Estrasburgo encontraron muy divertido este ensanchamiento de<br />

su jurisdicción que hacía el profeta.603 Un hecho marginal, pero interesante, es que ya en 1527,<br />

el día mismo del primer decreto de Estrasburgo contra los anabaptistas, Bucer escribió a los<br />

evangélicos de Italia para ponerlos en guardia contra el anabaptismo.604<br />

b) Gaspar Schwenckfeld, 1529<br />

No cabe duda de que Schwenckfeld salió de Silesia con la esperanza de que los teólogos<br />

de Estrasburgo, que venían desempeñando un papel de mediadores, adoptaran su teología<br />

eucarística y quedaran convencidos también por aquella teoría del bautismo externo,y el<br />

bautismo interno que él y Crautwaid habían elaborado. Por cierto que ya había estado en<br />

correspondencia con Bucer sobre estos asuntos. Y, de hecho, sus puntos de vista acerca de la<br />

Cena del Señor habían, sido acogidos calurosamente, aunque tal vez no muy bien entendidos.<br />

Cuando entró en la ciudad a comienzos; de mayo de 1529, Schwenck-feíd fue recibido en<br />

la hospitalaria casa de Capitón y trabó estrecha amistad con Mateo y Catalina Zell. Asistía<br />

regularmente a los servicios divinos en la catedral y en otros templos, y podía vérsele, de pie, lo<br />

más cerca posible del pulpito y con la mano tras la oreja (porque era sordo), para no perder<br />

palabra de los sermones de Mateo Zell. También él predicaba, aunque seguramente, por ser<br />

seglar, sólo en asambleas particulares; pero durante algún tiempo fue tenido ¡por una,especie de<br />

ayudante o.asesor del clero de la catedral.<br />

Hacía muy poco que Schwenckfeld se había establecido en su nueva morada cuando<br />

comenzaron a circular noticias de los planes para la celebración del coloquio de Marburgo, que<br />

sería convocado por Felipe de Hesse. Durante el mes de junio se dedicó Schwenckfeid a escribir<br />

su primera Apologia a Federico de Liegnitz, que en esos momentos tomaba las medidas<br />

necesarias para restaurar la comunión, suprimida anteriormente por influencia de Schwenckfeld.<br />

Capitón escribió para este libro un prefacio laudatorio, en el cual llama al autor "su hermano<br />

querido".605 <strong>La</strong> Apología lleva como apéndice un pequeño escrito teológico sobre cómo Cristo<br />

está sentado a la diestra de Dios después de su ascensión a los cielos. Este apéndice se refiere en<br />

términos negativos a la teoría luterana de la impanación y de la ubicuidad eucarística de Cristo.<br />

Muy poco después paraban brevemente en Estrasburgo, de paso para el coloquio de Marburgo,<br />

los participantes suizos, Zwinglio y Ecolampadio entre ellos. De esa manera tuvo Schwenckfeld<br />

603 Krebs y Rott, Elsass, 1 (QGT, VII), núms. 205 y 206a.<br />

604 Ibid., núm. 91.<br />

605 CS, III, 394.

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