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James Joyce

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110<br />

Todos los ojos lo observaron. Por el lento canal algoso había flotado en su balsa<br />

costeando el litoral de Irlanda arrastrado por una sirga junto a lechos de juncos, por<br />

el cieno, botellas embarradas, carroñas de perros. Athlone, Mullingar, Moyvalley,<br />

podría ir andando a ver a Milly por el canal. O en bicicleta. Alquilar algún viejo<br />

trasto, más seguro. Wren tenía uno el otro día en la subasta pero de mujer. Vías<br />

acuáticas en desarrollo. Pasatiempos de <strong>James</strong> M'Cann cruzarme en bote al otro<br />

lado. Viaje más barato. En fáciles etapas. Casas flotantes. De acampada. También<br />

coches fúnebres. Al cielo por el agua. Quizá lo haga sin escribir. Presentarme por<br />

sorpresa, Leixlrp, Clonsilla. Bajando compuerta a compuerta hasta Dublín. Con<br />

turba de las ciénagas del interior. Saludo. Se quitó el sombrero de paja marrón,<br />

saludando a Paddy Dignam.<br />

Dejaron atrás la taberna Brian Boroimhe. Cerca ya.<br />

-A saber cómo le irá a nuestro amigo Fogarty, dijo Mr. Power.<br />

-Más vale que le pregunte a Tom Kernan, dijo Mr. Dedalus.<br />

-¿Cómo es eso? dijo Martin Cunningham. ¿Lo habrá dejado a dos velas, supongo?<br />

-Ojos que no ven, dijo Mr. Dedalus, corazón que sí siente.<br />

El coche giró a la izquierda hacia Finglas Road.<br />

La marmolería a la derecha. Última etapa. Apiñadas en el trozo de tierra<br />

aparecieron figuras silenciosas, blancas, apesadumbradas, con manos inmóviles<br />

extendidas, arrodilladas en dolor, señalando. Fragmentos de formas, talladas. En<br />

blanco silencio: implorantes. Lo mejor en el mercado. Thos. H. Dennany,<br />

constructor de monumentos funerarios y escultor.<br />

Pasaron.<br />

En el bordillo delante de la casa de Jimmy Geary, el sacristán, un viejo vagabundo<br />

se hallaba sentado, quejándose, sacándose la tierra y los chinos de su enorme bota<br />

bostezante polvomarrón. Tras el viaje de la vida.<br />

Sombríos jardines pasaron luego: uno a uno: sombrías casas.<br />

Mr. Power señaló.<br />

-Ahí es donde asesinaron a Childs, dijo. La última casa.<br />

-Sí que lo es, dijo Mr. Dedalus. Un caso horrible. Seymour Bushe consiguió que<br />

lo exculparan. Asesinó a su hermano. O eso dijeron.

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