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James Joyce

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186<br />

Sus ojos siguieron a la figura encumbrada vestida con tosco traje, barba y<br />

bicicleta, una mujer escuchando a su lado. Vienen del restaurante vegetariano. Sólo<br />

hierbajos y fruta. No te comas un bistec. Si te lo comes los ojos de la vaca te<br />

perseguirán por toda la eternidad. Dicen que es más sano. Acuosoflatoso sin<br />

embargo. Lo tengo probado. Te tiene corriendo todo el día. Tan malo como cagalera<br />

de vaca. Sueños toda la noche. ¿Por qué llamarán a esa cosa que me dieron filete de<br />

nuez? Nuezananos. Frutananos. Para que te hagas la idea de que te comes un filete<br />

de lomo. Absurdo. Salado además. Cocinan con bicarbonato. Te tiene de imaginaria<br />

toda la noche.<br />

Lleva las medias flojas por los tobillos. Detesto eso: tan falto de gusto. Esas<br />

gentes literarias etéreas que son todas ellas. Soñadores, en las nubes, simbolísticos.<br />

Estetas es lo que son. No me sorprendería que fuera ese tipo de comida ya ves que<br />

produce las como olas del cerebro lo poético. Por ejemplo a uno de esos policías<br />

sudando cocido irlandés a través de las camisas no se le podría sacar ni un solo<br />

verso. No saben ni lo que es poesía siquiera. Hay que tener una cierta disposición.<br />

En las nubes la soñadora gaviota<br />

ondea sobre aguas de arlota.<br />

Cruzó por la esquina de Nassau Street y se paró delante del escaparate de Yeates e<br />

Hijo, calculando el precio de los prismáticos. ¿O me dejo caer por donde el viejo<br />

Harris y charlo con el joven Sinclair? Tipo educado. Seguramente almorzando.<br />

Tengo que llevar mis viejos prismáticos a arreglar. Lentes Goerz seis guineas. Los<br />

alemanes abriéndose camino por todas partes. Venden con facilidades para atrapar<br />

el mercado. Malvendiendo. Podría con suerte encontrar un par en la oficina de<br />

objetos perdidos de los ferrocarriles. Asombroso las cosas que la gente se olvida en<br />

los trenes y en consigna. ¿En qué estarán pensando? Las mujeres también. Increíble.<br />

El año pasado en el viaje a Ennis tuve que recoger el bolso de la hija de aquel<br />

granjero y dárselo en el empalme de Limenck. Dinero sin reclamar también. Hay un<br />

pequeño reloj allá arriba en el tejado del banco para probar esos prismáticos.

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