28.04.2013 Views

James Joyce

James Joyce

James Joyce

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

451<br />

Mas ¿fue avasallado el temor del joven Bravuconeador por las palabras del<br />

Sosegador? No, pues guardaba en sus entrañas una espina de nombre Amargura que<br />

no podía con palabras ser quitada. Y ¿no fue sosegado como el uno o devoto como<br />

el otro? No fue ni lo uno ni lo otro por más que hubiera deseado ser las dos cosas.<br />

Pero ¿no hubiera podido afanarse por haber hallado de nuevo como en su juventud<br />

la morada de Santidad en la que entonces vivía empero? Ciertamente no porque la<br />

Gracia no estaba allí para hallar aquella morada. ¿Oyó entonces en aquel estampido<br />

la voz de Dios Padre o, como el Sosegador dijo, un estruendo de Fenómeno? ¿Oyó?<br />

Pues cómo, él no podía sino oír a no ser que se le cegase el telescopio del<br />

Discernimiento (algo que él no había hecho). Pues a través de aquel telescopio vio<br />

que estaba en la tierra de Fenómeno donde él debería con seguridad un día morir<br />

puesto que era como los demás una sombra pasajera. ¿Y no aceptaría morir como<br />

los demás y pasar a mejor vida? De ninguna manera lo aceptaría aunque él debería<br />

no querría hacer más funciones conforme los hombres hacen con las mujeres que<br />

Fenómeno mandóles hacer en el libro de la Ley. Entonces ¿acaso él no sabía de<br />

aquella otra tierra que es llamada Cree-en-Mí, que es la tierra prometida que co-<br />

rresponde al rey Encantador y que por siempre le corresponderá donde no hay<br />

muerte y no hay nacimientos ni desposamientos ni empreñamientos a la que todos<br />

llegarán cuantos creen en ella? Sí, Piadoso habíale hablado de aquella tierra y Casto<br />

le había mostrado el camino pero la cosa era que en el camino había caído con una<br />

cierta puta de aspecto atractivo cuyo nombre, dijo ella, es Más-vale-un-toma y le<br />

sedujo con malas mañas apartándole del camino verdadero con embelecos como<br />

¡Eh! ¡Oye! mozo gentil, ven para acá que te voy a enseñar un sitio muy bonito, y le<br />

fascinó tan lisonjeramente que se lo metió en su gruta que es llamada Que-dos-te-<br />

daré o, según algunos sabios, Concupiscencia Camal.<br />

Esto era lo que toda aquella compaña que estaba sentada allí departiendo en la<br />

Mansión de Matemidad mayormente apetecía si ellos se encontraban con esa puta<br />

Más-vale-untoma (que dentro llevaba toda clase de horribles plagas, monstruos y un<br />

diablo infame) harían lo imposible por lanzarse a ella y conocerla. Porque en lo<br />

referente a Cree-en-Mí dijeron que no era más que una noción y ellos no eran capa-<br />

ces de imaginárselo ni en pensamiento porque, primero, Que-dos-te-daré adonde

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!