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James Joyce

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para ese propósito pero tras un breve espacio de tiempo durante el cual reinó el<br />

silencio supremo el marinero, no haciendo ni caso, se alivió en lugar más a mano, el<br />

ruido de sus aguas del pantoque que sobrevino a continuación salpicando el suelo<br />

por lo visto despertó a uno de los caballos de la parada de manuelas. Un casco<br />

escarbó de todos modos para no perder pie después del sueño y los arreos<br />

tintinearon. Ligeramente molestado en su garita junto al brasero de coque encendido<br />

el guarda de las piedras de la corporación municipal que, aunque ya debilitado y<br />

decididamente desintegrándose, no era otro a decir verdad que el antedicho Gumley,<br />

ahora viviendo prácticamente de los subsidios parroquiales, otorgado el trabajo<br />

temporal por mediación de Pat Tobin según todas las probabilidades humanas por<br />

dictados humanitarios habiéndole conocido antes se movió y se revolvió en su garita<br />

antes de calmar sus miembros de nuevo en los brazos de Morfeo, una muestra<br />

increíble de malas rachas en su forma más virulenta para un hombre muy bien<br />

relacionado y acostumbrado a las razonables comodidades de un hogar durante toda<br />

su vida que venía a sacar la bonita suma de £100 al año en tiempos que claro está el<br />

muy asno procedió a dar con el culo en las goteras. Y ahí estaba en las últimas<br />

después de pasárselo bomba más de una vez sin un real en el bolsillo. Bebía para<br />

qué contarlo con lo que se cumplía una vez más la moraleja cuando podía haber<br />

estado muy fácilmente nadando en la abundancia si - un «si» importante, sin<br />

embargo - se las hubiera apañado para curarse de su personal inclinación.<br />

Todos entre tanto lamentaban ruidosamente la decadencia de la industria marítima<br />

irlandesa, tanto de cabotaje como de gran tonelaje que era todo parte esencial de la<br />

misma cosa. Un barco para la Palgrave Murphy se hizo a la mar desde la dársena de<br />

Alexandra, la única botadura de ese año. Bien es cierto que los puertos estaban allí<br />

sólo que nunca barco alguno atracaba.<br />

Había naufragios y aprovechados de naufragios, dijo el dueño, que evidentemente<br />

estaba au fait.<br />

De lo que él se quería enterar era por qué aquel barco se había chocado contra la<br />

única roca de la bahía de Galway cuando el proyecto del puerto de Galway era<br />

sometido a discusión por un tal Mr. Worthington o algo parecido ¿eh? Pregunten al

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