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James Joyce

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de que mi paciencia se me agoten. Entonces te lo contaré todo. Bueno adiós, cariño<br />

travieso, me duele tanto la cabeza. hoy. y escribe a vuelta de correo a tu anhelante<br />

P.D. Dime por favor qué clase de perfume usa tu mujer. Quiero saberlo.<br />

Martha<br />

besos X X X X<br />

Arrancó la flor ponderadamente del alfiler, olió su casi no olor y la puso en el<br />

bolsillo del pecho. El lenguaje de las flores. Les gusta porque nadie lo puede oír. O<br />

un ramillete envenenado para fulminarlo. Luego avanzando lentamente leyó de<br />

nuevo la carta, mascullando aquí y allá una palabra. Enfadada tulipanes contigo<br />

querido hombreflor castigaré tu cacto si no por favor pobre nomeolvides cómo me<br />

muero por violetas para querido rosas cuándo nos anémonas conoceremos pronto<br />

todo travieso tu mujer dulcamara perfume de Martha. Luego de haberla leído entera<br />

la sacó del periódico y la puso en el bolsillo lateral.<br />

Un débil gozo entreabrió sus labios. Transformada desde la primera carta. A saber<br />

si «la escribiste» ella misma. Haciéndose la ofendida: una chica de buena familia<br />

como yo, persona respetable. Podríamos encontrarnos un domingo después del<br />

rosario. Gracias: nada de eso. Típica trifulca amorosa. Luego escondiéndose por<br />

esquinas deprisa. Desagradable como una bronca con Molly. Un cigarro tiene<br />

efectos tranquilizantes. Narcótico. Propasarse más en la próxima. Diablillo: castigar:<br />

tiene miedo de las palabras, claro. Brutal ¿por qué no? Intentarlo de todas formas.<br />

Una pizca cada vez.<br />

Palpando aún la carta en el bolsillo le quitó el alfiler. Alfiler corriente ¿no es así?<br />

Lo tiró a la calzada. De alguna parte de sus ropas: prendiendo algo. Raro la cantidad<br />

de alfileres que siempre llevan encima. No hay rosas sin espinas.<br />

Voces dublinesas de acento vulgar le vociferaban en la cabeza. Aquellas dos<br />

guarras esa noche en el Coombe, agarradas bajo la lluvia.<br />

Oh, Mari perdió el alfiler de las bragas.<br />

No sabía qué hacer<br />

para sujetársela,

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