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James Joyce

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camino con esfuerzo hasta la cima desde el peldaño más bajo sin que nadie les<br />

echara una mano. Puro talento natural, eso. Con inteligencia, señor.<br />

Por lo dicho y posteriores razones sentía él que por interés propio e incluso por<br />

obligación debía no perder ojo y aprovechar la ocasión inesperada aunque no sabría<br />

exactamente por qué decir estando como ya estaba la situación en varios chelines<br />

negativos habiéndose de hecho él mismo metido en el fregado. Aun así para cultivar<br />

la amistad de alguien de calibre poco común que podía proporcionar materia para la<br />

reflexión pagaría con creces cualquier pequeño sacrificio. El estímulo intelectual, en<br />

cuanto tal, era, según pensaba, de vez en cuando un tónico de primera para la mente.<br />

A lo que había que añadir la coincidencia del encuentro, la discusión, el berenjenal,<br />

el follón, el viejo hombre de mar un tipo del hoy aquí mañana allí, zánganos<br />

nocturnos, la galaxia entera de acontecimientos, todo junto formaba un camafeo en<br />

miniatura del mundo en que vivimos especialmente ya que las vidas de los más<br />

desheredados, es decir mineros, buzos, basureros etc., estaban muy en el punto de<br />

mira últimamente. Para mejorar este momento áureo se preguntaba si se encontraría<br />

con algo parecido a la suerte de Mr. Phfip Beaufoy supongamos que lo pasara al<br />

papel que se pusiera a escribir algo fuera de lo corriente (como era su intención<br />

hacer) a razón de una guinea por columna. Mis experiencias, digamos, en un<br />

albergue de cocheros.<br />

La edición de las páginas deportivas del extra de deportes del Telegraph el tele<br />

grajo se encontraba, por pura casualidad junto a su codo y justo cuando empezaba a<br />

devanarse los sesos, muy lejos de sentirse satisfecho, sobre un país que fuera suyo y<br />

el anterior rompecabezas el navío llegaba de Bridgwater y la tarjeta postal iba<br />

dirigida a A. Boudin averigüe la edad del capitán, sus ojos vagaron sin rumbo por<br />

los titulares respectivos que eran de su especial competencia la todoabarcadora<br />

prensa nuestra de cada día dánosla hoy. Primero se llevó un pequeño sobresalto pero<br />

resultó ser sólo algo acerca de alguien llamado H. du Boyes, agente de máquinas de<br />

escribir o algo así. Gran batalla, Tokio. Galanteo a la irlandesa, £ 200 por daños.<br />

Gordon Bennett. Timo en la emigración. Carta de Su Excelencia. Guillermo t.<br />

Reunión en Ascot, la Copa de Oro. La victoria del jamelgo Tirado recuerda el<br />

Derby del 92 cuando el caballo del montón del Capitán Marshall Sir Hugo

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