28.04.2013 Views

James Joyce

James Joyce

James Joyce

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

57<br />

Cambio marino es esto, ojos marrones salazul. Muertemanna, la más apacible de<br />

todas las muertes conocidas por el hombre. El viejo Padre Océano. Prix de Paris:<br />

ojo con las imitaciones. Simplemente déle una oportunidad. Nos lo hemos pasado<br />

divinamente.<br />

Vamos. Tengo sed. Se nubla. No hay nubes negras por ningún lado ¿no es así?<br />

Tormenta. Todo brillante cae él, rayo orgulloso del intelecto, Lucifer, dico, qui<br />

nescit occasum. No. Mi sombrero de veneras y el bordón y susmis chancos<br />

sandalias. ¿Dónde? A tierras del lubricán. El lubricán se encontrará a sí mismo.<br />

Empuñó la empuñadura de la vara de fresno, dando suaves floretazos con ella,<br />

remoloneando aún. Sí, el lubricán se encontrará a sí mismo en mí, sin mí. Todos los<br />

días alcanzan su fin. Por cierto el próximo cuándo es el martes será el día más largo.<br />

De todo el alegre año nuevo, madre, el pon poropón pon pon. Lawn-tenis Tennyson,<br />

caballero poeta. Già. Por la vieja tarasca de dientes amarillos. Y Monsieur Drumont,<br />

caballero periodista. Già. Tengo los dientes muy mal. Por qué, digo yo. Noto. Ése se<br />

está echando a perder también. Conchas. ¿Debería ir al dentista, digo yo, con ese<br />

dinero? Ése. Éste. Kinch desdentado, el superhombre. ¿Por qué será eso, digo yo, o<br />

querrá decir algo quizá?<br />

Mi pañuelo. Lo tiró. Lo recuerdo. ¿No lo recogí?<br />

Su mano tentó en vano en los bolsillos. No, no lo hice. Mejor que compre uno.<br />

Dejó el moco seco que se había sacado de la nariz sobre el reborde de una roca,<br />

cuidadosamente. En cuanto a lo demás que mire quien quiera.<br />

Detrás. Quizá haya alguien.<br />

Volvió la cara sobre un hombro, contornada. Moviendo las altas vergas de una<br />

goleta en el aire, con las velas recogidas en las crucetas, de arribada,<br />

contracorriente, moviéndose silenciosamente, un barco silencioso.<br />

4<br />

A Mr. Leopold Bloom le gustaba saborear los órganos internos de reses y<br />

aves. Le gustaba la sopa de menudillos espesa, las mollejas que saben a nuez, el<br />

corazón asado relleno, los filetes de hígado empanados, las huevas de bacalao fritas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!