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James Joyce

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95<br />

redondo como una rueda. Luego los radios: deportes, deportes, deportes: y el cubo<br />

grande: colegio. Algo que atraiga las miradas.<br />

Ahí está el Matamoros de pie en la portería. Por si acaso: puede que me dé una<br />

vuelta por ahí dentro de paso. ¿Cómo está usted, Mr. Homblower? ¿Cómo está<br />

usted, señor?<br />

Tiempo divino realmente. Si la vida fuera siempre así. Tiempo de críquet.<br />

Sentarse bajo los parasoles. Tiempo tras tiempo. Fuera. Aquí no saben jugar a eso.<br />

Cero a seis palos. Aun así el capitán Culler rompió una ventana en el club de<br />

Kildare Street con un pelotazo dirigido a la izquierda del bateador. La feria de<br />

Donnybrook está más en su línea. Y la de cráneos que partíamos cuando M'Carthy<br />

salía al campo. Ola de calor. No durará. Siempre pasando, fluir de la vida, que en el<br />

fluir de la vida rastreamos es más querido queee todo.<br />

Disfrutemos de un baño ahora: una limpia tina de agua, esmalte fresco, el delicado<br />

fluir tibio. Éste es mi cuerpo. Presintió su cuerpo pálido reclinado en ella a todo lo<br />

largo, desnudo, en entrañas de tibieza, ungido con perfumado Jabón derritiéndose,<br />

suavemente bañado. Se vio el torso y los miembros recubiertos por onduladas ondas<br />

y sostenido, impulsado ligeramente hacia arriba, amarillolimón: el ombligo, brote<br />

de carne: y vio la maraña de oscuros rizos de su mata flotando, pelo flotante del<br />

fluir en derredor del lacio padre de miles, lánguida flor flotante.<br />

6<br />

MARTIN Cunningham, primero, metió la cabeza con sombrero de<br />

copa en el coche chirriante y, entrando hábilmente, tomó asiento. Mr. Power subió<br />

tras él, encorvando su altura con cuidado.<br />

Vamos, Simon.<br />

-Después de usted, dijo Mr. Bloom.<br />

Mr. Dedalus se cubrió rápidamente y entró, diciendo:<br />

-Sí, sí.<br />

-¿Estamos todos? preguntó Martin Cunningham. Venga, Bloom.<br />

Mr. Bloom entró y se sentó en el asiento libre. Tiró de la portezuela tras sí y dio<br />

un portazo dos veces hasta que se cerró bien cerrada. Pasó un brazo por el asidero y

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