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James Joyce

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de la Santa Sede en sufragio de las almas de aquellos fieles muertos que han sido<br />

tan inesperadamente llamados de entre nosotros. Las tareas de salvamento,<br />

extracción de escombros, restos humanos etc. han sido encomendadas a Messrs.<br />

Michael Meade e Hijo, de Great Brunswick Street, 159, y a Messrs. T. y C. Martin,<br />

de North Wall, 77, 78, 79 y 80, ayudados por hombres y oficiales del regimiento de<br />

infantería Duque de Comwall bajo la supervisión general de S.A.R., el<br />

contraalmirante, el honorable Sir Hércules Hannibal Habeas Corpus Anderson,<br />

Caballero de la Orden de la Jarretera, Caballero de la Orden de San Patricio,<br />

Caballero de la Orden de los Templarios, Consejero Privado del Rey, Caballero Co-<br />

mendador de la Orden de Bath, Miembro del Parlamento, juez de Paz, Licenciado<br />

en Medicina, Cruz del Mérito Civil, Cabrón Meritorio Civil, Maestre de la Caza del<br />

Zorro, Miembro de la Real Academia de Irlanda, Licenciado en Derecho, Doctor en<br />

Música, Guardián de la Ley de Ayuda a los Pobres, Miembro del Trinity College de<br />

Dublín, Miembro de la Real Universidad de Irlanda, Miembro del Real Colegio de<br />

Médicos de Irlanda y Miembro del Real Colegio de Cirujanos de Irlanda.<br />

No has visto nada igual en todos los años de tu puñetera vida. Ostras, si le acierta<br />

con ese mamporro en la molondra se acuerda del día que nació, ya lo creo que se<br />

acuerda, pero la hostia al paisano le habrían arrestado por agresión y provocación y<br />

a Joe por colaboración e instigación. El calesero le salvó la vida con una precipitada<br />

carrera tan seguro como que Dios es Dios. ¿Que qué? Recoño, y tanto que lo salvó.<br />

Y dejó una lluvia de improperios tras él.<br />

-¿Lo maté, dice él, o qué?<br />

Y él venga a gritarle al jodido perro:<br />

-¡Anda a por él, Garry! ¡Anda a por él, bonito!<br />

Y lo último que vimos fue al jodido coche perdiéndose por la esquina y el<br />

caracamero dentro gesticulando y el jodido chucho detrás corriendo con las antenas<br />

para atrás que le arrastraban a ver si lo despedazaba. ¡Cien por cinco! Recoño, se las<br />

hizo pagar caras, ya lo creo que sí.<br />

Cuando, hete aquí, que alrededor de ellos apareció un gran resplandor y pudieron<br />

ver cómo la carroza en la que iba ascendía a los cielos. Y le pudieron ver en la<br />

carroza, revestido en la gloria del resplandor, siendo sus vestiduras como de sol,

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