28.04.2013 Views

James Joyce

James Joyce

James Joyce

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

414<br />

insignificante Miss escuchimizada Edy se alargó una legua y Gerty podía ver por su<br />

aspecto furioso que estaba que echaba chispas aunque lo disimulaba, la muy<br />

viborilla, porque esa pullaza le había dado de lleno por su pelusa y las dos sabían<br />

que ella era algo remoto, aparte, en otra esfera, que no era como ellas ni nunca lo<br />

sería y había también otra persona que lo sabía y lo veía de modo que ese sapo<br />

tenían que tragárselo.<br />

Edy arregló al bebé Boardman y se dispuso a irse y Cissy recogió la pelota y las<br />

palas y cubos que ya iba siendo hora también de irse porque el hombre del saco<br />

venía de camino a por el señorito Boardman hijo. Y Cissy le dijo también que el<br />

coco ya venía y que el bebé se iba a momí y el bebé estaba además para comérselo,<br />

riéndose con sus ojos alegres, y Cissy le hizo así con el dedo como el que no quiere<br />

la cosa en la tripilla gordita y el bebé, sin más contemplaciones, disparó una salva<br />

de rocío a los presentes y a su babero inmaculado.<br />

-¡Válgame Dios! ¡La que ha organizado! protestó Ciss. El babero ha estropeado.<br />

El pequeño contretemps le reclamó la atención pero lo solucionó en menos que<br />

canta un gallo.<br />

Gerty ahogó una exclamación contenida y tosió nerviosamente y Edy preguntó<br />

qué y estaba a punto de decirle que se fuera a tomar viento fresco pero ella era<br />

siempre tan comedida en sus modales que simplemente lo dejó pasar con tacto<br />

consumado al decir que eso era la bendición porque justo en ese momento sonaba la<br />

campana desde el campanario sobre la playa silenciosa porque el Canónigo<br />

O'Hanlon estaba de pie en el altar con el velo que el Padre Conroy le había puesto<br />

sobre los hombros dando la bendición con el Santísimo en sus manos.<br />

Qué escena más conmovedora la del crepúsculo avanzando, la última visión de<br />

Erín, el conmovedor repique de aquellas campanas del atardecer y al mismo tiempo<br />

un murciélago atravesaba volando desde las hiedradas espadañas la oscuridad, por<br />

aquí, por allá, con un grito corto perdido. Y podía ver a lo lejos las luces de los faros<br />

tan pintorescos que le habría gustado tener una caja de pinturas porque era más fácil<br />

que pintar un hombre y muy pronto el farolero haría su ronda por delante de los<br />

jardines de la iglesia presbiteriana y a lo largo de la sombreada Tritonville Avenue<br />

donde paseaban las parejas y encendería la farola junto a su ventana donde Reggy

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!