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James Joyce

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casa, vergüenza de la familia. Permítame que le presente a mi. Luego te sacan algo<br />

indescriptible, que no sabrían cómo llamarla. Siempre se ven los puntos débiles de<br />

un hombre en su mujer. Aun así es el destino, enamorarse. Tienen sus secretos entre<br />

ellos. Fulanos que se hundirían si no fuera porque alguna mujer los toma en sus<br />

manos. Luego chicas aniñadas, que no miden medio metro, con sus manditos. Dios<br />

los hizo y ellos se juntan. Algunas veces los niños salen bastante bien. Cero más<br />

cero igual a uno. O el tipo viejo y rico de setenta y novia vergonzosa. Casarse en<br />

mayo y arrepentirse en diciembre. Esta humedad resulta desagradable. Pegajosa.<br />

Bueno el prepucio no se ha puesto en su sitio. Mejor subir.<br />

¡Ay!<br />

Y al contrario un tío de dos metros con una mujercita que le llega a la cintura. El<br />

punto y la i. Grande él pequeña ella. Muy extraño lo de mi reloj. Los relojes de<br />

pulsera no funcionan nunca. A saber si hay alguna influencia magnética entre la<br />

persona porque ésa era la hora que él. Sí, supongo, al punto. El gato fuera, los<br />

ratones se divierten. Recuerdo haber pasado por Pill Lane. También eso bien mirado<br />

es magnetismo. Detrás de todo está el magnetismo. La tierra por ejemplo atrayendo<br />

esto y siendo atraída. Eso origina el movimiento. Y la hora, bueno es el tiempo que<br />

el movimiento emplea. Entonces si algo se para todo el castillo se viene abajo<br />

piedra a piedra. Porque todo está ordenado. La aguja magnética nos dice lo que está<br />

pasando en el sol, en las estrellas. Piececitas de acero. Cuando alargas la horquilla.<br />

Venga. Venga. Tic. La mujer y el hombre eso es. La horquilla y el acero. Molly, él.<br />

Vestirse elegante y mirar e insinuar y te deja ver y ver más y te desafia a ver si eres<br />

hombre para ver eso y, como si fuera a estornudar, las piernas, mira, mira y si tienes<br />

lo que hay que tener. Tic. Hay que empezar a dar leña.<br />

A saber qué siente ella en esa parte. Una pena que todas finjan delante de terceros.<br />

Se molestan más por un agujero en la media. Molly, con cara de a palmo, la cabeza<br />

echada para atrás, por el granjero con botas de montar y espuelas en el concurso<br />

hípico. Y cuando los pintores estaban en Lombard Street West. Bonita voz tenía<br />

aquel tipo. Así empezó Giuglini. Oler lo que hice. A flores. Era así. Violetas.<br />

Procedía de la trementina probablemente en la pintura. Se sirven de todo. Al mismo<br />

tiempo que lo estaba haciendo restregaba la zapatilla por el suelo para que no

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