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James Joyce

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obstáculo de una clase u otra surgía eternamente con el resultado evidente de que el<br />

proyecto se venía abajo. Pero aun suponiendo que terminara por soltar la talega y<br />

hubiera que jugárselas no era tan caro, siempre que el bolsillo lo permitiera, unas<br />

cuantas guineas como mucho considerando que el pasaje a Mullingar donde<br />

pensaba ir era cinco chelines con seis, ida y vuelta. El viaje le haría bien a causa del<br />

ozono tonificante y sería en todos los sentidos totalmente placentero, en especial<br />

para alguien a quien el hígado no le funcionaba bien, viendo los distintos lugares en<br />

el camino, Plymouth, Falmouth, Southampton y otros culminando en una instructiva<br />

gira de los monumentos de la gran metrópolis, el espectáculo de nuestra moderna<br />

Babilonia donde sin duda vería los más grandes progresos, la torre, la abadía, la<br />

riqueza de Park Lane con las que entablaría nueva familiaridad. Otra cosa que se le<br />

ocurrió como idea nada mala era que aprovecharía para ver la posibilidad de<br />

organizar una gira estival de conciertos musicales que incluyera los lugares de<br />

recreo más destacados, Margate con los baños mixtos y baños termales y balnearios<br />

de primera, Eastbourne, Scarborough, Margate y otros, la bella Bournemouth, las<br />

islas del estrecho y lugares pequeños y primores similares, que pudiera resultar<br />

altamente remunerativa. No, claro está, con una compañía clandestina de suplentes<br />

ni señoras pueblerinas aficionadas, la prueba el tipo Mrs. C. P. M'Coy présteme la<br />

maleta y le envío por correo la entrada. No, algo de calidad suprema, un reparto con<br />

sólo estrellas irlandesas, la gran compañía de ópera Tweedy-Flower con su propia<br />

consorte legítima como primera dama como una especie de réplica a las de Elster<br />

Grimes y MoodyManners, asunto perfectamente sencillo y tenía gran confianza en<br />

el éxito, darle un poco de coba en los periódicos locales podía conseguirse mediante<br />

algún tipo con agallas que tirara de los hilos precisos y así combinar los negocios<br />

con el placer. Pero ¿quién? Ahí estaba el escollo.<br />

Además, sin ser totalmente categórico, se le ocurrió que un gran terreno quedaba<br />

aún por descubrir en cuanto a abrir nuevas rutas para llevar el ritmo de aquellos<br />

tiempos apropos del itinerario Fishguard-Rosslare que, según se discutía, estaba una<br />

vez más sobre el tapis en los departamentos de circunloquios con los acostumbrados<br />

trámites y pérdida de tiempo de los ineficaces incapaces e idiotas en general. Una<br />

gran oportunidad había efectivamente para que el estímulo y la iniciativa

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