La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

estrecho vínculo se detecta igualmente en el art. 26.5 Ley 56/2003, al sentar que la oferta
de acciones de formación profesional para el empleo referida al Catálogo Nacional de
Cualificaciones ha de permitir el reconocimiento y capitalización de aprendizajes con la
acreditación de la experiencia y de la formación profesional del sistema educativo.
3.- Acreditando las competencias obtenidas a través de la experiencia laboral o con
formación no reglada, para lo cual procederá participar en un proceso de acreditación, en la
convocatoria que se realice al efecto 127 . El procedimiento de reconocimiento y acreditación
de competencias, regulado mediante RD 1224/2009, de 17 de julio, cumple tres fines: en
primer lugar, evaluar las competencias profesionales, adquiridas a través de la experiencia
laboral y otras vías no formales de formación, mediante procedimientos y metodologías
comunes que garanticen la validez, fiabilidad, objetividad y rigor técnico de la evaluación; en
segundo término, acreditar oficialmente las competencias profesionales, favoreciendo su
puesta en valor con el fin de facilitar tanto la inserción e integración laboral y la libre
circulación en el mercado de trabajo, como la progresión personal y profesional; por último,
facilitar a las personas el aprendizaje a lo largo de la vida y el incremento de su cualificación
profesional, ofreciendo oportunidades para la obtención de una acreditación parcial
acumulable, con la finalidad de completar la formación conducente a la obtención del
correspondiente título de Formación Profesional o Certificado de Profesionalidad 128 .
Es preciso tener en cuenta, en todo caso, que “puesto que una cualificación se estructura en
unidades de competencia, y las personas pueden haberlas adquirido a través de distintos
procedimientos, podrán ir acumulando acreditaciones parciales de las unidades de
competencia en que se ha subdividido el certificado de profesionalidad” 129 . Por ello, el art.
26.4 Ley 56/2003 establece que la oferta formativa vinculada a la obtención del mismo debe
estructurarse en módulos y facilitar la acreditación parcial acumulable para el reconocimiento
de competencias profesionales en el marco del Sistema Nacional de las Cualificaciones y la
Formación Profesional.
Baste la exposición precedente para comprobar como la formación profesional es un ámbito
de gran complejidad donde confluyen plurales y diversos actores e instituciones, situándose
a caballo entre el sistema educativo, el mercado de trabajo y el sistema productivo;
precisamente por ello, aglutina tensiones y tendencias a veces contrapuestas y siempre
fluctuantes que exigen un gran esfuerzo para lograr entender sus principales características,
diagnosticar sus debilidades y fortalezas o predecir su evolución futura. Para una
configuración general inicial, baste avanzar que, aunque engloba todas las actividades
formativas dirigidas al desarrollo de competencias profesionales, en España, pese a los
intentos por integrar las de tipo no formal e informal, el sistema todavía está dominado por
la formación profesional formal 130 ; con todo, las interconexiones entre las diversas esferas se
han incrementado tras la LO 2/2011 y la LO 4/2011, que avanzan en el afán por presentar el
sistema de formación profesional como un todo que, no obstante, presenta un perfil
poliédrico, pues incorpora diversas variables entre las cuales deben existir las oportunas
pasarelas de cara a garantizar que toda competencia adquirida sea oportunamente
reconocida.
127 “La introducción de métodos de reconocimiento de la experiencia se puede considerar como una respuesta a la
exigencia de flexibilidad, transferibilidad y transparencia en y entre las distintas esferas de la educación y del trabajo,
PLANAS, J.: “Sistemas de Formación Profesional y reconocimiento de cualificaciones y competencias profesionales”, cit.,
pág. 46 o, en análogo sentido, BJORNAVOLD, J.: “La evaluación del aprendizaje no formal: calidad y limitaciones de las
metodologías”, CEDEFOP. Revista Europea de Formación Profesional, núm. 12, 1997, págs. 58-75.
128 “Si política y socialmente se quiere estimular el desarrollo de las competencias y favorecer la adquisición de
experiencias y conocimientos a lo largo de toda la vida laboral, hará falta que tales conocimientos adquiridos puedan
ser valorados en términos de estatus social, de promoción dentro de la clasificación profesional o de jerarquía, o incluso
en términos de salario o de posibilidades de movilidad geográfica y profesional. La validación o certificación de las
aptitudes y competencias son, ante todo, un estímulo para el trabajador que aspira a una movilidad, ya sea dentro o
fuera de la empresa”, PLANAS, J.: “Sistemas de Formación Profesional y reconocimiento de cualificaciones y
competencias profesionales”, cit., pág. 47 o, en sentido análogo, HOMS, O.: La formación profesional en España. Hacia
la sociedad del conocimiento, cit., págs. 170 y ss.
129
CANO GALÁN, Y.: La formación profesional en España y las cláusulas de formación en la negociación colectiva, cit.,
pág. 66.
130 HOMS, O.: La formación profesional en España. Hacia la sociedad del conocimiento, cit., págs. 9 y 16.
LA FORMACIÓN COMO MECANISMO PARA FOMENTAR LA
CUALIFICACIÓN Y EMPLEABILIDAD DE LOS JÓVENES
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