La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

empresa y, consiguientemente, la finalidad retributiva de ese trabajo que cumplen las
cantidades abonadas como beca 429 .
4º.- Es cierto que a cambio del quehacer propio derivado de la beca se obtiene una
contraprestación económica o en especie y que en muchas ocasiones el desempeño fructifica
en la realización de una obra o permite avanzar en concretos campos de la investigación
científica, con lo cual esta actividad podría entenderse perfectamente como de trabajo. Sin
embargo, el elemento decisivo radica en que “aquel que concede la beca y la hace efectiva
no puede confundirse nunca con la condición propia del empresario ya que no incorpora el
trabajo del becario a su patrimonio, circunstancia esencial a la figura del empresario, cuya
actividad si bien puede carecer de ánimo de lucro, lo que siempre es subjetivo, no carece
nunca de lo que en este aspecto puede denominarse sentido de lucro en la actividad que
ejerce” 430 .
En consecuencia, “el punto crucial de definición de la relación laboral de las del becario va a
ser la prestación de servicio por cuenta ajena, es decir, la producción de un fruto que se
adquiere traslativamente por la entidad empresarial. De aquí el que no sean elementos
relevantes ni los Convenios que amparen la situación ni el porcentaje económico que reciba
el alumno, sino la realización de actividades propias de una prestación de servicios, que son
adquiridas por la contraparte, y todo ello unido a la carencia de una actividad real de
enseñanza y docencia, pues es claro que quien se incorpora a un puesto de trabajo,
normalmente, desconoce al inicio cual va a ser su cometido propio y específico, la diversa
mecánica de operatividad, y con el transcurso del tiempo adquiere esos conocimientos, que
no son específicos de su formación, sino de una prestación de servicios de quien ya posee
conocimientos y capacidad demostrada suficiente para hacerse cargo de determinadas
circunstancias” 431 .
Por tales razones, en la beca la realización de las tareas no tiene lugar en concepto de
contraprestación, sino como aportación de un mérito a fin de justificar su concesión y
disminuir la carga de onerosidad que la misma representa, compromiso que en ningún caso
viene a desvirtuar la naturaleza extralaboral de la relación existente 432 .
Una vez estudiados los indicios que pueden marcar las fronteras entre una beca y una
verdadera relación laboral, la flexibilidad en el régimen jurídico de esta relación ha sido
considerada por los empresarios como uno de los mayores atractivos para acudir a este tipo
de figuras, además de justificarlas bajo el argumento de que “los jóvenes titulados necesitan
una formación considerable en su primera experiencia laboral y la beca es un medio para
proporcionársela”; en cuanto a los intereses de los jóvenes a la hora de acudir a las
convocatorias correspondientes “algunos han destacado la falta de alternativas y el prestigio
de obtener una beca, que a veces se concede después de superar un largo y competitivo
proceso de selección…; además, el hecho de que los contratos en prácticas vayan dirigidos a
jóvenes que hayan estudiado formación profesional o hayan cursado estudios terciarios
puede reforzar el prestigio que se asocia a las becas” 433 .
Sin embargo, uno de los puntos más criticados por cierto sector de la doctrina científica es la
posibilidad de establecer unas condiciones en el desempeño de este tipo de quehaceres
menos beneficiosas que las previstas por la legislación laboral dada la amplia capacidad de la
autonomía de la voluntad para ello por estar en presencia de un negocio privado y, cabría
añadir, de adhesión pues el becario difícilmente tiene fuerza para negociar dichas
estipulaciones que son marcadas por el empleador, público o privado, en las bases de la
convocatoria, las cuales deben ser aceptadas por el aspirante.
Junto a ello, la ausencia de un catálogo de derechos reconocidos desde el punto de vista
legal capaz de proteger a los becarios ha llevado a estos autores a considerar que en muchas
ocasiones no son más que una muestra de empleo precario de los jóvenes 434 , pues como han
429
SSTS 7 julio 1998 (RJ 6161) y 22 noviembre 2005 (RJ 10049) o SSTSJ Asturias 7 junio 2002 (AS 2282), País Vasco
18 marzo 2003 (AS 2567) o Madrid 19 mayo 2003 (AS 3423).
430
STS 29 marzo 2007 (RJ 3191) y SSTSJ Madrid 2 octubre 2007 (JUR 363153) o Andalucía/Sevilla 28 octubre 2008
(JUR 146459/2009).
431
STSJ País Vasco 8 julio 2008 (AS 2994).
432
STS 7 julio 1998 (RJ 6161).
433
ORGANIZACIÓN DE COOPERACIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO: Empleo juvenil. España, cit., págs. 45 y 46.
434
“Bajo la precariedad laboral se reconocen aquellas situaciones en las que prima la inestabilidad del empleo, la
insuficiencia de ingresos, la inseguridad y desprotección sociolaboral e incluso, la falta de reconocimiento como
437 INFORME SOBRE LA EMPLEABILIDAD DE LOS JÓVENES EN CASTILLA Y LEÓN