La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

formativos, mejorar sus competencias técnicas o profesionales, reorientar las mismas con el
fin de atender sus propias necesidades y las de la sociedad, así como desarrollar la capacidad
crítica y de participación en la realidad cultural, social, económica y política” (art. 1).
Tal educación tenderá al desarrollo individual y colectivo de dichas personas, para lo cual la
Ley asume como objetivos los de garantizarles una educación basada en el principio de la
educación permanente; regularla asegurando los recursos necesarios que permitan su
participación en las distintas ofertas formativas; elevar el nivel de educación básica y
cualificación profesional de esta población, con atención especial a los colectivos
desfavorecidos; atender las demandas que impone una sociedad cambiante, desarrollando
nuevas tecnologías y favoreciendo hábitos que permitan vivir el tiempo dedicado al ocio de
forma creativa; preparar para la inserción socio-laboral y comunitaria de las personas
adultas; promover el acceso a los diferentes niveles del sistema educativo y potenciar las
modalidades de educación presencial y a distancia; conseguir el equilibrio entre el ámbito
rural y el urbano; promover el conocimiento de la realidad castellano y leonesa, estatal y de
la UE y fomentar las actividades de investigación, estudio e intercambio de experiencias
relacionadas con los procesos formativos destinados a personas adultas (art. 2).
Para alcanzar tales objetivos el art. 4 de la norma proyecta desarrollar programas formativos
destinados a la iniciación y desarrollo profesional del adulto; planificar el mapa autonómico
de educación de tales personas de acuerdo con las necesidades existentes; colaborar (desde
la administración educativa) con otras administraciones, instituciones u organizaciones para
aunar esfuerzos, racionalizar la distribución de los recursos y proporcionar más amplios y
mejores servicios y, en fin, atender a la formación específica y perfeccionamiento del
profesorado que desarrolle sus tareas en este ámbito educativo (cuestión a la que vuelve a
atender con detalle el art. 15).
Las acciones educativas, presenciales o a distancia, contemplan ofertas de educación básica
que permita acceder a otros niveles del sistema educativo; de formación que posibilite la
adquisición, actualización y perfeccionamientos necesarios para desempeñar una profesión u
oficio que favorezca la inserción laboral y de formación para la participación social, cultural,
política y económica, profundizando en los valores cívicos y en el conocimiento de los bienes
culturales (art. 5). Todo ello se arbitrará a través de los programas formativos enumerados
en el art. 6: 1.- De alfabetización. 2.- Orientados a la obtención de titulaciones regladas que
permitan acceder al trabajo y a otros niveles del sistema educativo. 3.- Destinados a
colectivos desfavorecidos que permitan su integración y participación en el mundo laboral.
4.- Dirigidos a promover el conocimiento de Castilla y León. 5.- Para la preparación de la
prueba destinada a la obtención del título de la educación secundaria, de acceso a ciclos
formativos de Formación Profesional, para lograr el título de Bachillerato o de acceso a la
universidad. 6.- Que ayuden a la integración de los inmigrantes residentes en Castilla y
León. 7.- Que fomenten el estudio de idiomas y el uso de las TIC. 8.- Que incentiven la
creatividad o contribuyan al enriquecimiento de la formación personal. 9.- Que tengan como
objetivo fomentar la dimensión europea. 10.- Que tengan incidencia especial en la educación
en valores democráticos, sociales y culturales.
La organización, regulación, inspección y evaluación de tales programas compete, sin
perjuicio de la coordinación con otras instancias, a la administración educativa (art. 7). Se
crea, además, un Consejo de Educación de Personas Adultas de Castilla y León como órgano
que interviene en esta materia (art. 18, con desarrollo en Decreto 131/2002, de 19 de
diciembre, modificado por Decreto 121/2003).
En cuanto hace a los centros donde podrá impartirse esta educación, pueden ser tanto
públicos como privados, ordinarios o específicamente destinados a desarrollar programas de
educación para adultos (art. 8). Los centros específicos pueden impartir los programas de
alfabetización, los orientados a adquirir, completar o actualizar la formación básica o los
correspondientes a enseñanzas no regladas; ahora bien, para impartir educación secundaria
deben ser oportunamente autorizados. Los ordinarios pueden impartir, previa autorización, el
segundo ciclo de educación secundaria, los estudios de Bachillerato y los de Formación
Profesional. En fin, la enseñanza de idiomas a distancia se residencia en las Escuelas
Oficiales de Idiomas, aunque se admite la autorización excepcional para su impartición en
centros de educación secundaria y en centros públicos específicos de educación para adultos
(art. 11).
LA FORMACIÓN COMO MECANISMO PARA FOMENTAR LA
CUALIFICACIÓN Y EMPLEABILIDAD DE LOS JÓVENES
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