La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

autorización (no de representación) en cuya virtud, para que puedan prestar servicios
laborales, el ET reclama el visto bueno de sus padres o representantes legales, en exigencia
destinada a completar su capacidad para contratar 260 , como “elemento de control o
supervisión para la protección del propio menor” 261 . Tal autorización puede ser expresa
(verbal o escrita) o tácita, procediendo entenderla prestada cuando el progenitor conoce que
su hijo está desarrollando un trabajo y no se opone de forma concluyente a ello ni a las
reiteradas y prolongadas ausencias que su prestación comporta 262 .
Una vez autorizado para trabajar, el menor adquiere plena autonomía para el desempeño y
ejercicio de todos los derechos que se derivan del vínculo laboral, incluso para acordar
válidamente su extinción 263 . Esta afirmación aparece refrendada en el art. 16 Ley 36/2011,
Reguladora de la Jurisdicción Social, al reconocer capacidad para comparecer y actuar en
juicio además de “a quienes se encuentren en pleno uso de sus derechos civiles” a aquellos
menores que hubieran celebrado un contrato de trabajo conforme a las reglas generales
contenidas en el ET (o sean autónomos económicamente dependientes), lo cual demuestra
que la capacidad conferida no es tan sólo para concertar el vínculo, sino también para
ejercitar, incluso procesalmente, cuantos derechos, individuales o colectivos, deriven del
desarrollo de la relación laboral.
En caso de no observarse las previsiones sobre capacidad mencionadas, el contrato de
trabajo del menor adolecerá de nulidad o anulabilidad, de conformidad con las reglas
generales establecidas en el Derecho Civil (art. 1303 CC), aun cuando produzca el efecto
peculiar de permitir la exigencia, “por el trabajo que ya se hubiera prestado, de la
remuneración consiguiente a un contrato válido” (art. 9.2 ET).
1.2.- Peculiaridades en las condiciones de trabajo de los menores: en especial la
jornada laboral
La prolongación excesiva de la jornada y la ausencia de adecuados períodos de descanso sin
lugar a dudas constituyen factores que aumentan exponencialmente la posibilidad de un
siniestro laboral (en tanto el cansancio y la fatiga acrecentarán el peligro) o de una
degeneración del estado de salud del trabajador. La situación se agrava en el caso de los
menores, merced a su desarrollo psicosomático incompleto, motivo por el cual el legislador
ha adoptado una serie de medidas modalizadoras de las condiciones de trabajo aplicables a
este colectivo 264 , centradas fundamentalmente, aunque no sólo, en lo relativo al tiempo de
trabajo.
1.2.1.- El tiempo de trabajo
La normativa vigente en materia de jornada de los menores de edad debe tomar como
primer referente la Directiva 94/33/CE, la cual establece toda una serie de objetivos
vinculados al tiempo de trabajo; a nivel interno, es el Estatuto de los Trabajadores el
encargado principal de ordenar esta materia, en especial en sus artículos 6, 34, 35, 36 y 37,
sin olvidar el RD 1561/1995 265 . Este elenco normativo recoge matizaciones en materia de
duración y distribución del tiempo de prestación de servicios cuya razón de ser radica en
260
STCo 77/1997, de 12 marzo (RTC 77). En la doctrina, por todos, OLARTE ENCABO, S.: “Artículo 7”, en AA.VV.:
Comentarios al Estatuto de los Trabajadores, Granada (Comares), 1998, pág. 170 o RAMOS QUINTANA, M.I.: “El
trabajo de los menores (En torno al artículo 6)”, cit., pág. 304.
261
MENÉNDEZ SEBASTIÁN, P.: Aptitud legal y capacidad en el contrato de trabajo, cit., pág. 120.
262
STS 7 junio 1962 (RJ 2492). En el mismo sentido, respecto a un menor no emancipado que trabajaba sin
autorización paterna expresa, “no constando que el trabajador vivía con independencia de sus padres, se ha de
entender que vivía con sus padres y se ha de presumir que conocían que su hijo estaba trabajando y en consecuencia
con su actitud estaban consintiendo tácitamente y de facta concludentia que el menor trabajara”, como confirma el
hecho de que sea el padre quien presente la demanda, STSJ Madrid 16 mayo 1997 (AS 1586).
263
SSTSJ País Vasco 27 febrero 1998 (AS 765) y Andalucía/Granada 16 febrero 1999 (AS 792).
264
STSJ Cataluña 14 marzo 2008 (AS 1244).
265
Un repaso a vuela pluma del contenido de ambas clases de normas permite alcanzar una primera conclusión: las de
carácter interno son más proteccionistas que las de ámbito supranacional, pues mientras aquéllas optan “por blindar la
regulación legal... mediante unos preceptos que no contemplan excepciones y que además no son disponibles para la
autonomía colectiva ni para la individual... [las segundas] se elaboran siguiendo una técnica consistente en fijar unas
reglas generales seguidas de numerosas vías de escape... [permitiendo a] los Estados miembros... [apartarse] de los
límites fijados de forma general cuando concurran determinadas circunstancias cuya descripción es bastante laxa”,
MARTÍNEZ YÁÑEZ, N.Mª.: “Disponibilidad horaria y trabajadores menores de edad”, en AA.VV. (CABEZA PEREIRO, J.;
BALLESTER PASTOR, Mª.A. y FERNÁNDEZ PRIETO, M., Dirs.): La relevancia de la edad en la relación laboral y de
Seguridad Social, Cizur Menor (Aranzadi/Thomson), 2009, pág. 435.
EL TRABAJO DE LOS JÓVENES POR CUENTA AJENA 406