La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

I.- Introducción
El aprendizaje actúa como elemento con gran potencial para movilizar la voluntad humana,
pues el hombre posee una tendencia natural a incrementar su conocimiento, a investigar y a
probar nuevas experiencias; tendencia innata a aprender que también se aplica en el ámbito
laboral. La formación es el mecanismo que sirve para organizar los aprendizajes y para
traspasar y difundir los conocimientos y habilidades integrantes del bagaje cultural y
tecnológico acumulado por una sociedad concreta y, precisamente, esa acumulación de
conocimiento organizado que se traspasa y difunde es uno de los factores que explica el
inmenso incremento de la productividad humana en el trabajo a lo largo de los tiempos 1 .
La expansión de nuevas tecnologías, en especial de las informáticas, ha puesto en crisis los
sistemas formativos construidos en épocas precedentes, ante la necesidad de adaptarse a los
nuevos retos de una era postindustrial globalizada que se sumerge en la sociedad --y la
economía 2 -- del conocimiento 3 . En un contexto de permanente cambio, el manejo y el
procesamiento de todo tipo de información parecen posicionarse como espina dorsal de la
actividad socioeconómica venidera, incluidos los aspectos relativos a la organización de la
producción, en tanto una parte importante de los trabajos previsiblemente tendrán un
contenido engrosado de tareas inteligentes cuyo desarrollo requerirá de iniciativa y
capacidad de adaptación, potenciando la importancia del factor humano y estableciendo un
vínculo muy estrecho entre trabajo y aprendizaje. Bajo estas condiciones, la educación está
llamada a asumir una trascendencia históricamente inédita 4 , tal y como se intuye en la
Estrategia española de empleo 2012-2014 (aprobada por RD 1542/2011, de 31 de octubre),
cuando apunta la tendencia a mayores requerimientos de cualificación por la incorporación
de nuevas tecnologías y por la complejidad de una economía cada vez más competitiva.
Como indicara en 2006 la OIT en su Informe Cambios en el mundo del trabajo, ante las
mutaciones económicas y tecnológicas se requieren mayores cualificaciones, por lo que la
formación de la fuerza de trabajo, en el marco de la educación formal, de la formación
profesional o de las actuaciones formativas en la empresa, adquiere una importancia
fundamental. Por ello no puede extrañar que todos los países avanzados inviertan, de un
modo u otro, grandes cantidades en el desarrollo de complejos sistemas de formación y
trabajen permanentemente en la mejora de su eficacia 5 , aun cuando, conforme se puso de
manifiesto en el Informe sobre el Índice del capital humano europeo (Informe Peers, por ser
el coordinador de este proyecto comunitario de 2006), que conecta directamente con la
inversión en formación formal e informal, los resultados globales, en general, y los
españoles, en particular, son bastante pobres (salvo las destacadas excepciones
escandinavas), permitiendo concluir que no se está haciendo lo suficiente por desarrollar
dicho capital.
1
HOMS, O.: La formación profesional en España. Hacia la sociedad del conocimiento, Barcelona (La Caixa), 2008, pág.
8.
2 La economía del conocimiento es “una economía basada en el uso de las ideas más que en la habilidad física, en la
aplicación de la tecnología más que en la transformación de las materias primas y en el uso del trabajo a bajo coste”,
FEDERIGHY, P.: “La educación y la formación en Europa tras el 2010”, Revista de Educación, núm. 339, 2006, pág.
802.
3 “Caracterizada por una estructura económica y social en la que el conocimiento ha substituido al trabajo, a las
materias primas y al capital como fuente más importante de la productividad, crecimiento y desigualdades sociales”
[MONTERO CURIEL, M.: “El proceso de Bolonia y las nuevas competencias”, Tejuelo, núm. 9, 2010, pág. 21]. En este
contexto, cabe afirmar que “por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no sólo
un elemento decisivo del sistema de producción”, en lógica consecuencia, su cultivo (formación en el sentido más
amplio de la palabra) adquiere nueva significación y valor productivo, CASTELLS, M.: La Era de la Información,
Barcelona (Alianza), 1997, pág. 58.
4 GUARDIA GONZÁLEZ, S.; PESQUERO FRANCO, E. y RONCHI FERRARI, C.: “La Europa del conocimiento en la
Educación Secundaria Obligatoria”, Revista Complutense de Educación, Vol. 12, núm. 2, 2001, pág. 658.
5 Las cifras de gasto público total en educación en relación con el PIB (2005) muestran como España se encuentra a
cierta distancia de la media UE-27, y todavía más lejos de los países mejor situados, como Francia o el Reino Unido
[SÁENZ ALMEIDA, P.; MILÁN HERNÁNDEZ, M. y MARTÍNEZ MARTÍNEZ, J.B.: La educación en España. Situación,
problemas y propuestas, Madrid (CC.OO.), 2010, págs. 99, 124 y 154]. Con todo, también es importante destacar que
“es de esperar que el gasto en educación deje de surtir efectos positivos significativos sobre el rendimiento una vez
superado un determinado umbral de gasto”, ALEGRE CANOSA, M.A. y BENITO PÉREZ, R.: “Los factores del abandono
educativo temprano. España en el marco europeo”, Revista de Educación, núm. extraord., 2010, pág. 76.
72 INFORME SOBRE LA EMPLEABILIDAD DE LOS JÓVENES EN CASTILLA Y LEÓN