La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

pornográficas… o cualesquiera otras restricciones contempladas en la legislación, incluida la
autonómica.
Algunas otras modalidades de trabajo son admitidas; tal es el caso del calificado como
familiar (excluido de laboralidad salvo prueba en contrario) o de las prestaciones en beneficio
de la comunidad (pena que puede imponerse entre los catorce y los dieciocho años)
previstas en el art. 7 LO 5/2000, sobre la responsabilidad penal de menores, supuestos
ambos que pueden implicar el desarrollo de actividades pseudoproductivas de las cuales la
normativa interna e internacional pretende excluir al menor 255 . En cambio, no ha encontrado
reflejo en el ordenamiento interno y, por tanto, no sería aplicable, la previsión incorporada a
la Directiva 94/33/CE para admitir “que excepcionalmente los menores puedan prestar
servicios por debajo de la edad mínima de admisión cuando se trate de actividades que no
requieran demasiado esfuerzo y resulten compatibles con su salud y con sus obligaciones
escolares”.
Mención aparte merece el trabajo autónomo, pues cabría pensar que el límite del art. 6.1 ET
se refiere a todo tipo de trabajo 256 , no obstante lo cual los Tribunales en ocasiones han
reclamado la acreditación de la existencia de un nexo de subordinación o han aplicado la
presunción de laboralidad admitiendo prueba en contrario para excluir la sanción 257 . En la
actualidad, el art. 9.1 de la Ley 20/2007, salvando el vacío legal previo, sienta de forma
tajante que “los menores de dieciséis años no podrán ejecutar trabajo autónomo ni actividad
profesional, ni siquiera para sus familiares” 258 ; ello sin perjuicio de la referencia específica a
la prestación de servicios en espectáculos públicos, respecto a la cual el art. 9.2 remite a los
términos el art. 6.4 ET, y de la necesaria elevación del umbral hasta los dieciocho años,
como ocurre con los asalariados, cuando se trate de trabajos peligrosos, penosos o
insalubres.
1.1.2.- Capacidad para contratar
Yuxtapuesto a la cuestión de la edad mínima para trabajar, pero desde el plano de la
capacidad de obrar, el art. 7 ET la reconoce plenamente para contratar en régimen laboral a
los mayores de edad (en consonancia con el art. 322 CC) y a quienes, superando los
dieciséis años, no lleguen a los dieciocho, y se encuentren emancipados (por matrimonio, por
concesión de quienes ejercen la patria potestad o por concesión judicial --arts. 316, 317 y
320 CC--) o hagan vida independiente con consentimiento de sus padres o tutores o de la
persona o institución que los tenga a su cargo. Se plantea, no obstante, una duda de difícil
solución, relativa a los emancipados por matrimonio, dada la dificultad de compatibilizar la
regla del art. 6.1 ET y las del Código Civil, que permiten el matrimonio bajo ciertas
circunstancias a partir de los catorce años 259 .
Los mayores de 16 y menores de 18 años que no estén insertos en ninguna de las categorías
indicadas ostentan una capacidad de obrar limitada, en tanto se establece un régimen de
255
GONZÁLEZ AGUDELO, G.: “Incidencia de la variable ‘edad’ en las cifras de siniestralidad laboral”, cit., págs. 193-195
256
STS 7 septiembre 1995 (RJ 6704).
257
STS 23 marzo 1998 (RJ 2862).
258
Si bien la prohibición del trabajo del autónomo menor de 16 años resulta a todas luces acorde con los criterios
tuitivos que rigen la materia, más criticable parece que no se haya resuelto la disparidad aún existente entre la edad
mínima de acceso al trabajo autónomo y la edad de incorporación formal a su régimen específico de Seguridad Social,
que sigue situándose en los 18 años (art. 3 Decreto 2530/1970), lo cual ocasiona numerosos problemas de
encuadramiento en el sistema público de Seguridad Social y propicia otras tantas vías de fraude, MARTÍNEZ BARROSO,
Mª.R.: “Protección del trabajo de menores”, en AA.VV. (BARRIOS BAUDOR, G.L., Dir.): Tratado del trabajo autónomo,
Cizur MEnor (Aranzadi), 2009, págs. 146 y ss.
259
Es posible, en una primera interpretación, aplicar un criterio hermenéutico conforme al cual tales menores, pese a
no alcanzar la edad de dieciséis años, pueden suscribir un contrato de trabajo, pues en caso contrario mal podría
entenderse que quedan en condiciones de regir sus destinos de forma autónoma si no pueden trabajar para obtener el
sustento [ALONSO OLEA, M. y CASAS BAAMONDE, Mª.E.: Derecho del Trabajo, 25ª ed., Madrid (Civitas), 2008, pág.
178; MARTÍN VALVERDE, A.: Derecho del Trabajo, 17ª ed., Madrid (Tecnos), 2008, pág. 482 o MENÉNDEZ SEBASTIÁN,
P.: Aptitud legal y capacidad en el contrato de trabajo, Madrid (CES), 2003, pág. 92]. Cabe también entender, en
sentido contrario, que su edad les priva de capacidad para contratar en régimen laboral [MONTOYA MELGAR, A.:
Derecho del Trabajo, 29ª ed., Madrid (Tecnos), 2008, pág. 293], pues, de lo contrario, se estarían desconociendo tanto
los compromisos internacionales que exigen al menos quince años para empezar a trabajar [RAMOS QUINTANA, M.I.:
“El trabajo de los menores (En torno al artículo 6)”, cit., pág. 300], como el estricto límite dibujado por el art. 6.1 ET
[APILLUELO MARTÍN, M.: La relación de trabajo del menor de edad, cit., págs. 66-68], cuya única excepción aparece en
el art. 6.4 ET, sin distinguir solteros de casados [SUÁREZ GONZÁLEZ, F.: “Capacidad para contratar (En torno al
artículo 7)”, REDT, núm. 100, 2000, pág. 321]. Esta segunda tesis parece la más razonable, entre otras cosas porque
resulta ser la más congruente con los términos del art. 2 LO 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor,
en el cual se impone la interpretación restrictiva de las limitaciones a la capacidad de obrar de los menores.
405 INFORME SOBRE LA EMPLEABILIDAD DE LOS JÓVENES EN CASTILLA Y LEÓN