La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

atender como conviene el bien jurídico dado por la protección frente a agotadoras jornadas
de trabajo incompatibles con un normal modo de vida de los menores 266 :
1) La duración máxima de la jornada ordinaria de un menor será de cuarenta horas
semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual (art. 34.1 ET), si bien la
máxima diaria no podrá exceder de ocho incluyendo, en su caso, el tiempo dedicado a la
formación (art. 34.3.3º ET); para el resto de empleados, en cambio, el límite es de nueve
horas diarias pudiendo ser ampliado en convenio colectivo (art. 34.3.2º ET). De este modo, y
aun cuando no está expresamente prohibida por el ordenamiento español, la distribución
irregular de la jornada del menor queda seriamente limitada.
El tope diario constituye una proscripción absoluta; de hecho, en caso de pluriempleo, la
suma de los quehaceres desarrollados para distintos empleadores no puede exceder de dicho
parámetro, pues, conforme al art. 34.3.3º in fine ET, el total de las horas realizadas no podrá
superar las ocho diarias 267 .
2) Respecto al descanso entre jornadas se aplica la regla general, de manera que
entre el final de una y el comienzo de otra deben mediar un mínimo de doce horas (art.
34.3.1º ET). Esta previsión general debe ser puesta en conexión, cuando se trata de
menores, con cuanto el art. 34.3.3º in fine ET señala para el pluriempleo, de manera que si
para un trabajador común las doce horas habrán de transcurrir en relación con la misma
empresa sin tomar en consideración otras posibles actividades, para un menor dicho período
deberá ser tenido en cuenta por todas las unidades productivas para las que éste preste sus
servicios; en consecuencia, es posible deducir que entre el fin de su jornada y el inicio de
otra en cualquiera de ellas debe mediar el período referenciado.
3) En cuanto a la pausa intrajornada, frente a la previsión aplicable a los adultos
(quince minutos en el marco de seis horas), su duración mínima será de treinta minutos y
habrá de establecerse siempre que la duración de la jornada diaria continuada exceda de
cuatro horas y media (art. 34.4.2º ET), pudiendo ser fraccionada, aunque lo recomendable
es que sea consecutiva. Será la autonomía colectiva o individual la encargada de determinar
si se trata de tiempo de trabajo efectivo o recuperable.
4) El descanso semanal del menor será de, al menos, dos días ininterrumpidos en
lugar del día y medio aplicable a cualquier trabajador (art. 37.1 ET). El ET no prohíbe de
manera expresa su acumulación en períodos de catorce días, pero una interpretación
teleológica permite concluir que las circunstancias especiales de quien no alcanza los
dieciocho años y la garantía de su seguridad y salud obstaculizan semejante agrupación.
5) El art. 6.3 ET prohíbe realizar horas extraordinarias a los menores de dieciocho
años. La interdicción es absoluta, tal y como han señalado algunos pronunciamientos
judiciales cuando no dudan en afirmar como el veto legal no admite excepción 268 . Ahora
bien, prestadas dichas horas a pesar de la contravención, el trabajador tendrá derecho a
cobrar la retribución fijada para ese tipo de servicios 269 .
266 STS 9 junio 1999 (RJ 6394). “La ratio legis de la limitación del horario de los trabajadores menores es una cuestión
de interés público que atiende a la propia energía del trabajador, inferior con carácter general a la de los adultos”
[MENÉNDEZ SEBASTIÁN, P.: Aptitud legal y capacidad en el contrato de trabajo, cit., pág. 230]. Tal premisa marca de
forma indeleble las dos finalidades fundamentales a alcanzar: de un lado, garantizar de manera más óptima la
seguridad y salud de este colectivo de empleados tomando en consideración su mayor debilidad física y psíquica; de
otro, conceder prioridad a la educación y formación, tanto académica como humana, del menor, de manera tal que el
desempeño de un quehacer profesional no interfiera de forma sustancial en dichas facetas, [FERNÁNDEZ VILLAZÓN,
L.A.: “Capítulo XI. Ordenación del tiempo de trabajo (I): duración y distribución del tiempo de trabajo”, en AA.VV.
(MARTÍN VALVERDE, A. y GARCÍA MURCIA, J., Dirs. y Coords.): Tratado Práctico de Derecho del Trabajo y Seguridad
Social, Cizur Menor (Aranzadi), 2002, pág. 789].
267 STSJ Castilla y León/Valladolid 6 febrero 2004 (JUR 231056).
268 STS 9 junio 1999 (RJ 6394) y SSTSJ Baleares 5 septiembre 2006 (JUR 16377/2007) y 22 abril 2008 (RJCA 391765).
La falta de referencia a estos sujetos en el art. 35 ET ha llevado a plantear si semejante prohibición resulta absoluta o,
en cambio, si les estaría permitido realizar aquellas tareas destinadas a reparar o prevenir siniestros y otros daños
extraordinarios y urgentes tal. Para algunos autores “sí parece posible superar el límite de la jornada ya indicado en el
caso de tener que realizar horas extraordinarias para prevenir o reparar siniestros u otros daños extraordinarios o
urgentes, ya que tales horas no computan a efectos de la duración máxima de la jornada laboral ordinaria ni del
número máximo legal de horas extraordinarias. Eso sí, en tal caso, lo adecuado sería compensar tales horas con el
necesario descanso del menor, equivalente o superior --lo que sería óptimo-- al tiempo trabajado”, MELLA MÉNDEZ, L.:
“La protección de los menores en el Derecho del Trabajo: reflexiones generales”, AS, núm. 13, 2008 (BIB 2008/2395).
269 SSTSJ País Vasco 29 abril 1997 (AS 1446) y Canarias/Santa Cruz de Tenerife 23 noviembre 1999 (AS 4053).
407 INFORME SOBRE LA EMPLEABILIDAD DE LOS JÓVENES EN CASTILLA Y LEÓN