La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

través del denominado método abierto. La Estrategia de Lisboa, puesta en marcha en el año
2000, se basaba en el reconocimiento de que es necesario aumentar el empleo, la productividad
y la competitividad de la Unión Europea 31 , mejorando a la vez la cohesión social --frente a la
competencia mundial--, el cambio tecnológico, los desafíos medioambientales y el
envejecimiento de la población. Dicha estrategia se relanzó en 2005, tras una evaluación
intermedia que la centró más aún en el crecimiento y en la búsqueda de más empleos y de
mejor calidad 32 .
La crisis económica y financiera que comenzó en 2008 ha tenido como consecuencia
importantes pérdidas de empleo y producción potencial y ha provocado un deterioro
espectacular de las finanzas públicas. En tal contexto, la Comisión ha propuesto establecer una
nueva estrategia para la presente década, conocida como “la Estrategia Europa 2020” 33 , que
permita a la Unión emerger con fuerza de la crisis y orientar su economía hacia un crecimiento
inteligente, sostenible e inclusivo que vaya parejo con un nivel elevado de empleo,
productividad y cohesión social. Dicha estrategia se apoya en un conjunto más reducido de
orientaciones que sustituyen a las 24 anteriores y tratan de manera coherente los temas
relacionados con el empleo y la política económica general. Dichas orientaciones para las
políticas de empleo de los Estados miembros (que figuran en anexo a la Decisión 2010/707/UE,
de 21 de octubre) están íntimamente ligadas a las orientaciones para las políticas económicas
de los Estados miembros y de la Unión que figuran en anexo a la Recomendación del Consejo,
de 13 de julio de 2010, sobre directrices generales para las políticas económicas de los Estados
miembros y de la Unión. Juntas constituyen las “Orientaciones Integradas Europa 2020” y
pueden resumirse en lo siguiente: aumentar la participación de mujeres y hombres en el
mercado laboral, reducir el desempleo estructural y fomentar el empleo de calidad; conseguir
una población activa cualificada que responda a las necesidades del mercado laboral y promover
el aprendizaje permanente; mejorar la calidad y los resultados de los sistemas educativos y de
formación en todos los niveles e incrementar la participación en la enseñanza superior o
equivalente y, por último, promover la inclusión social de los grupos de riesgo (como las familias
monoparentales, las minorías étnicas --con inclusión de la población gitana--, los
discapacitados, los niños y los jóvenes, los hombres y mujeres ancianos, los inmigrantes en
situación irregular y las personas sin hogar) y luchar contra la pobreza, fijando como meta
sustraer al menos a 20 millones de personas del riesgo de marginación.
A nivel interno, el legislador ha establecido un conjunto heterogéneo de medidas
complementarias que vinculan la protección del desempleo con las políticas activas de empleo
(formación profesional 34 , reciclaje, subvenciones al empleo 35 y la formación, incremento de la
oferta de empleo público y políticas de reparto del empleo), aun cuando tales políticas lo sean
de empleo “precario” y conducentes a una provisión inadecuada durante los períodos de
inactividad.
Si, como parece generalmente aceptado, conviene incentivar la utilización de las nuevas formas
de empleo, porque su utilización medida puede contribuir de manera importante a sacar
inicialmente de la exclusión social 36 a ciertos sectores de desempleados instalados en la cultura
ESCUDERO RODRÍGUEZ, R.: “Los estímulos a la contratación laboral: una apuesta, no del todo uniforme, en favor del
empleo estable”, RL, núm. 6, 2000, pág. 27. Un análisis comparado más reciente en MARTÍNEZ GIRÓN, J. y ARUFE
VARELA, A.: “Los servicios públicos de empleo, elementos nucleares del Derecho Comparado del Empleo”, en AA.VV.
(MONEREO PÉREZ, J.L.; MORENO VIDA, Mª.N. y FERNÁNDEZ AVILÉS, J.A., Dirs. y TRIGUERO MARTÍNEZ, L.A., Coord.):
El Derecho del Empleo. El Estatuto Jurídico del Empleo. Estudio sistemático de la Ley 56/2003, de 16 de diciembre, de
Empleo, actualizado con la reforma laboral, Granada (Comares), 2011, págs. 130 y ss.
31
Para el caso concreto español interesante análisis en MOLINA NAVARRETE, C. y RUESGA BENITO, S.M.: Estrategias
de competitividad, mercados de trabajo y reforma laboral 2010: convergencia y divergencias, Madrid (CEF), 2010.
32
Las directrices generales para las políticas económicas y de empleo fueron adoptadas por la Decisión 2005/600/CE
del Consejo y revisadas en la Decisión 2008/618/CE del Consejo.
33
Ampliamente sobre el tema CABEZA PEREIRO, J.: La estrategia europea para el empleo 2020 y sus repercusiones en
el ámbito jurídico laboral español, Madrid (MTIN), 2011.
34
MUÑOZ, V.: “Políticas de formación: la necesaria referencia europea”, Economistas, núm. 70, 1996, págs. 80 y ss.
35
Las peculiaridades propias de los colectivos especialmente afectados por el desempleo de larga duración (jóvenes,
trabajadores de edad madura, mujeres, etc.) hace planear sobre estos grupos de riesgo la negra sombra de una exclusión
social que está cambiando en los últimos tiempos su “rostro” tradicional. ROJO TORRECILLA, E.: “Las políticas de empleo.
Especial atención a las políticas de inserción para los colectivos más desfavorecidos”, RL, núm. 8, 1998, pág. 14.
36
Ampliamente sobre el tema, MENDOZA MORENO, D.: Situación actual y retos del régimen jurídico del trabajo de
personas en situación de exclusión social y con discapacidad en España, Madrid (Ceura), 2010.
495 INFORME SOBRE LA EMPLEABILIDAD DE LOS JÓVENES EN CASTILLA Y LEÓN