La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

experiencias positivas desarrolladas en varios campus al respecto 200 , así como la mejora de
la eficiencia y búsqueda de la calidad y de la excelencia académica.
Al objeto de conseguir los objetivos supra mencionados, la formación universitaria (ex art.
61 de la Ley 2/2011, de 4 de marzo), debe responder a una serie de principios:
a) El primero y principal, que sirve de rótulo al presente epígrafe, la incorporación en
sus planes de estudio de habilidades y destrezas orientadas a la innovación, el fomento de la
creatividad, el emprendimiento y espíritu empresarial, integradas en materias, conceptos,
competencias transversales, métodos de aprendizaje y de examen y en todos los niveles de
la educación, singularmente el doctorado.
b) En segundo término, la propuesta de nuevos títulos y ofertas educativas que
preparen a los estudiantes para las nuevas cualificaciones que demandan los nuevos
empleos, de manera que mejoren la empleabilidad de los ciudadanos en el mercado laboral,
así como modernizar y adaptar sus enseñanzas a la producción de productos, servicios,
planteamientos y métodos innovadores en la economía y la sociedad en sentido más amplio.
c) La promoción de la adaptabilidad ante los cambios económicos y sociales dando
oportunidades completas de formación continua y de extensión universitaria, especialmente
las posibilidades de incrementar la movilidad en el aprendizaje en España y en Europa, así
como la incorporación efectiva de los titulados universitarios, incluidos los docentes, en el
mercado laboral, reforzando las conexiones entre Universidad y empresa, con especial
atención al fomento de capacidades para la iniciativa empresarial y el autoempleo.
1.2.- La estrategia de aprendizaje permanente (Life long learning) y el refuerzo de
la formación profesional para el empleo
No es aventurado presagiar que en el futuro más inmediato, el mayor crecimiento de la
demanda de formación en todos los países desarrollados se va a producir en la formación
permanente o reciclaje formativo o a lo largo de la vida (Life long learning, en la jerga
popularizada por la Unión Europea) y en este sector el sistema universitario español debe,
prácticamente, dar sus primeros pasos para dar debida respuesta a las necesidades sociales,
con una flexibilidad no muy frecuente en las aulas universitarias.
Todas estas transformaciones harán necesario que las Universidades incluyan en el vasto
horizonte de sus obligaciones, la de atender a personas adultas que para su promoción
buscan la formación a través de un título universitario, a personas ocupadas que necesitan
actualizar sus conocimientos o adaptarlos a las nuevas necesidades del entorno ocupacional,
a personas que en su juventud por las razones que fueran no realizaron estudios
universitarios y consolidados profesionalmente desean complementar su estatus con un
título, o personas mayores que tienen tiempo disponible para invertir en su autorrealización
personal o para dedicarlo al placer de formarse. La Universidad del futuro tendrá usuarios
muy heterogéneos y habrá que adaptarla (desde los horarios de su profesorado y de los
servicios, hasta la instalación de guarderías) para las necesidades de quienes llamen a sus
puertas 201 .
En este contexto, la estrategia de aprendizaje permanente, impulsada a través de varios
documentos comunitarios a partir del inicio de la pasada década (principalmente, el
“Memorándum sobre el aprendizaje permanente” del año 2000 y la Comunicación de la
Comisión “Hacer realidad un espacio europeo de aprendizaje permanente”, de 2001), se
destina inicialmente a los sistemas de educación y formación para favorecer procesos de
educación y formación a lo largo de toda la vida de una persona. De hecho, la estrategia
partió de dos principios básicos: por un lado, conseguir reconocer como actividad formativa
200 La colaboración entre la Universidad y el sector productivo, junto al consiguiente flujo económico hacia los
presupuestos universitarios, permite la realización de actividades investigadoras de interés compartido y el diseño ad
hoc de programas formativos para satisfacer necesidades concretas de ambas partes. MICHÁVILA, F.: “La Universidad,
con el viento en contra”, cit., pág. 23.
201 IGLESIAS DE USSEL, J.: “Los retos de la Universidad española en los inicios del siglo XXI”, cit., págs. 9-10.
FOMENTO DEL EMPLEO, AUTOEMPLEO Y ECONOMÍA SOCIAL 540