La empleabilidad de los jóvenes en Castilla y León - Consejo ...

paso del tiempo, tanto la posible absorción de empleo temporal en fijo (lo que puede tener
cierta incidencia en situaciones de precariedad estable) como la mayor utilización por las
empresas de los contratos indefinidos, una vez consolidado el nuevo régimen jurídico de los
despidos.
Dicha apuesta reformadora tendrá que ser confrontada con la realidad de los hechos, pues
existe un antecedente que permite dudar del logro efectivo de la disminución de la temporalidad
laboral a través de este cambio normativo. La reforma laboral del año 2010 tiene una línea
continuista con la del año 2006, que apenas tuvo efecto en la reducción de la temporalidad,
salvo en una primera fase, gracias, en parte, a los efectos de las subvenciones de las
conversiones de contratos temporales en indefinidos.
El legislador persiste en unos planteamientos que, hasta el momento, han tenido escasos
resultados, aunque es cierto que el cambio normativo es ahora más incisivo y ambicioso, tanto
en la contratación temporal como en la indefinida, introduciendo nuevas reglas en el despido.
Como con acierto se ha dicho, “sólo los hechos y el tiempo podrán juzgar la eficacia de las
medidas adoptadas” 89 . Para los más optimistas, el cambio es necesario, loable y positivo, al
margen de sus resultados efectivos, porque incluso la hipotética constatación de la insuficiencia
de las medidas adoptadas puede tener la virtud de levantar algunos tabúes en la acción política
laboral, facilitando la adopción de medidas más contundentes en el logro del objetivo de la
reducción de la dualidad del mercado de trabajo 90 . Es evidente que esta reforma descarta ir por
la vía del propuesto “contrato indefinido único” con un coste extintivo creciente en función de la
antigüedad, que , con efectos positivos pero grandes riesgos jurídicos y sociales, rompería la
médula de la dualidad, transformando todo el sistema de contratación y despido 91 , pero
también es cierto que la reforma 2010, si no da los resultados esperados, allana el camino hacia
la articulación futura de un contrato indefinido único o de alguna otra fórmula más contundente
de la reducción de la temporalidad en el mercado de trabajo.
Con todo, las ayudas que se conceden actualmente para estimular la contratación laboral, en
cuanto al tipo de contratos o en cuanto a las personas contratadas 92 no agotan el catálogo de
las que podrían imaginarse como adecuadas a los fines perseguidos, pues junto a los estímulos
tradicionales [las entregas de dinero en metálico (subvenciones), la reducción de las cargas
sociales (bonificaciones de cuotas) o de las cargas fiscales (desgravaciones tributarias) y el
fomento de actividades formativas (cursos o programas de formación profesional)] cabría
pensar en sustituir la entrega o el ahorro de dinero por atribuciones cualitativas a los
empleadores que utilicen ciertos contratos o contraten a ciertas personas (especialmente a los
jóvenes), tales como la preferencia para contratar con las Administraciones Públicas, la
concesión de ayudas técnicas para renovación empresarial, la obtención de algún título o
distintivo de ejemplaridad de efectos polivalentes, y tantos otros similares 93 .
contratación indefinida tras el Decreto-Ley 10/2010”, AS, núm. 7-8, 2010, págs. 13 y ss. o FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ,
R.; ABRIL LARRAINZAR, Mª.P. y MEGINO FERNÁNDEZ, D.: La reforma laboral de 2010: un análisis teórico-practico,
Madrid (CEF), 2010.
89
LAHERA FORTEZA, J.: “La reforma de la contratación laboral”, cit., págs.79-80.
90
PÉREZ DE LOS COBOS ORIHUEL, F.: “La reforma laboral: parturient montes”, Diario La Ley, núm. 7441, 8 de julio
de 2010, pág. 8.
91
Exhaustivos análisis sobre la viabilidad de esta propuesta, con sus posibles ventajas y desventajas en GOERLICH
PESET, J.Mª.: “Contrato único o reforma del despido por causas empresariales”, RL, núm. 1, 2010, págs. 73 y ss.;
RODRÍGUEZ-PIÑERO ROYO, M: “Algunos aspectos jurídicos de la propuesta del contrato único”, RL, núm. 1, 2010,
págs. 97 y ss. y LAHERA FORTEZA, J.: “Elogio y crítica jurídica a la propuesta del contrato de trabajo único”, RL, núm.
1, 2010, págs. 119 y ss.
92
Así, por ejemplo, la necesidad de destinar estímulos públicos a la contratación de las mujeres trabajadoras significa
reconocer que la igualdad de trato por razón de sexo no ha sido acogida por la sociedad. En este sentido, la legislación no
debe preocuparse únicamente de cubrir las cotizaciones sociales del segundo trabajador, sino que también ha de extender
el estimulo a la cobertura del porcentaje de salario que el empleador habrá de seguir pagando a la trabajadora ausente
para completar, con arreglo a convenio colectivo o a la costumbre sectorial o empresarial, la prestación social sustitutiva de
la renta de trabajo. DE LA VILLA GIL, L.E.: “‘Do ut facias’. En torno a los estímulos a la contratación laboral”, cit., pág. 580.
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DE LA VILLA GIL, L.E.: “‘Do ut facias’. En torno a los estímulos a la contratación laboral”, cit., pág. 575.
FOMENTO DEL EMPLEO, AUTOEMPLEO Y ECONOMÍA SOCIAL 506