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sojuzgado”. Así lo decía el Acta de Independencia que señalaba que la nación había “recobrado
el ejercicio de la soberanía usurpado.” 93
Ya comentábamos antes 94 retomando de Villoro, que según se consideren los ejes de la
identidad nacional puede haber dos tipos de naciones: unas históricas y otras proyectadas. Las
primeras fundamentan su identidad en el origen y la continuidad cultural; las segundas, en la
adhesión a un proyecto futuro decidido en común. La mayoría de los Estados modernos son del
segundo tipo. También el Estado mexicano, en el que la conciencia nacional de un reducido
grupo de personas fue anterior a la misma conformación del Estado-nación mexicano.
Este grupo de personas reivindicaba la idea de que la soberanía recae en el pueblo, pero
entendían por pueblo no el conjunto de ciudadanos, sino el Ayuntamiento, los cuerpos
establecidos y formados por los “hombres honrados,” educados y de una cierta posición social. 95
Circulaban ya entre ellos las obras de Montesquieu, Rousseau, Voltaire y la Enciclopedia; sin
embargo, opina Villoro, “la actitud inicial de los criollos parece, más bien, asimilar a su propia
línea de pensamiento, algunas expresiones de los ideólogos franceses que coincidían
formalmente con ella.” 96
La verdadera búsqueda de independencia se dio sólo después de que los comerciantes
europeos, temerosos de las posibilidades criollas, hubieran aprendido al virrey Iturrigaray y
realizado un golpe de Estado. Frente a esta situación, los criollos se vieron impelidos a llevar su
iniciativa a posiciones mucho más adelantadas de las que planteaban inicialmente. Por otro
lado, comienzan a ver ya más claramente al europeo como el agresor. En un principio el partido
criollo pretendía reivindicar el orden legal establecido pero después del golpe de Estado ve al
orden legal como una imposición del agresor. A partir de “entonces, ya no se habla de un
intento de reforma jurídica o administrativa” sino de “una rivalidad concreta entre clases
enemigas: ‘americanos’ contra ‘europeos’, ‘criollos’ contra ‘gachupines.’” 97
Hasta aquí, los indígenas no jugaban ningún papel en la idea de la independencia. Sin
embargo cuando Miguel Hidalgo proclamó el inicio de la revolución de independencia, fue
seguido por las clases medias y bajas. El movimiento se justificó ante el pueblo con los
93 FLORESCANO, Enrique, Etnia, Estado y Nación. Ensayo sobre las identidades colectivas en México,
op. cit., pp. 280-281; AGUIRE BELTRÁN, Gonzalo, Obra Antropológica XV. Crítica Antropológica, op.
cit., p. 67
94 Ver capítulo 1.2.
95 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, México, UNAM, 1983, pp.
52-60
96 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., p. 60
97 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., p. 66