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565<br />

por Cárdenas y mayor otorgamiento de agua; sin embargo, estas peticiones fueron relegadas 563<br />

<strong>al</strong> grado que hasta la fecha las reclaman.<br />

En el ámbito de la educación, se establecieron escuelas rur<strong>al</strong>es planificadas desde la<br />

Ciudad de México en las que los programas y actividades eran ajenos a la vida comunitaria, a la<br />

lengua y a la historia yaqui. En la década de los años setenta la mayoría de la población infantil<br />

acudía a una escuela en la que los maestros “atribuían un v<strong>al</strong>or escaso y casi siempre negativo a<br />

la herencia yaqui y enseñaban a los niños a rechazar su pasado. Solían hablar elogiosamente de<br />

la ‘herencia indígena’, pero sólo como una elevada abstracción casi sin conexión <strong>al</strong>guna con la<br />

herencia específica yaqui.” 564<br />

En re<strong>al</strong>idad, los gobiernos mexicano y sonorense nunca consideraron a la Tribu como<br />

un grupo gobernado aceptablemente. Esto puede verse en que se instrumentaron, de forma<br />

organizada, presiones encaminadas a cambiarles. 565<br />

La división entre “civilistas,” que reivindicaban sus propias tradiciones, y “militaristas”,<br />

que habían pertenecido <strong>al</strong> ejército mexicano y preferían que la sociedad yaqui se integrara <strong>al</strong><br />

desarrollo soci<strong>al</strong> de México, se fue agravando con la formación de facciones internas con<br />

pugnas entre diferentes sectores yaquis por el control de los recursos económicos y políticos.<br />

Según Figueroa, surgió una polarización entre quienes se fueron enriqueciendo y trataban de<br />

encubrir las formas fraudulentas de las gestiones ganaderas y quienes, en gener<strong>al</strong>, tenían acceso<br />

a menos recursos. En las acciones fraudulentas, <strong>al</strong> decir de Spicer, se vieron involucradas<br />

<strong>al</strong>gunas autoridades tradicion<strong>al</strong>es de <strong>al</strong>gunos de pueblos como Bácum y Cócorit junto con los<br />

“representantes de instituciones ofici<strong>al</strong>es como el Banco y la Secretaría de Agricultura y<br />

Recursos Hidráulicos y con grupos region<strong>al</strong>es de gran poder económico y político.” 566<br />

También se dieron casos de representantes de las sociedades de crédito y de las<br />

cooperativas que se pusieron a negociar individu<strong>al</strong>mente cuestiones de interés común en las que<br />

unos cuantos s<strong>al</strong>ieron beneficiados en detrimento del resto. 567<br />

En 1983 las autoridades yaquis decían lo siguiente:<br />

563 FIGUEROA, Alejandro, “Los que hablan fuerte. Desarrollo de la sociedad yaqui”, op. cit., p. 144<br />

564 SPICER, Edward H., Los Yaquis. Historia de una cultura, op. cit, p. 362<br />

565 SPICER, Edward H., Los Yaquis. Historia de una cultura, op. cit., p. 383<br />

566 FIGUEROA, Alejandro, “Los que hablan fuerte. Desarrollo de la sociedad yaqui”, op. cit., pp. 145-<br />

147<br />

567 FIGUEROA, Alejandro, “Los que hablan fuerte. Desarrollo de la sociedad yaqui”, op. cit., p. 148

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