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una teoría general del Estado, como “disciplina ahistórica que no pudo captar la mutabilidad de
las instituciones” y de que el Estado es “una cosa invariable, que presenta caracteres constantes
al través del tiempo.” Critica la definición del Estado como “la inserción de fines políticos en
la naturaleza” pues, considera, se “olvida que a lo largo de la historia los fines estatales son
impuestos por la clase dominante.” 126 Nuevamente vemos que sus críticas aluden a la
conciencia de clase pero no llega a considerarse la diversidad cultural.
Menciona que “el Estado, aún conservando su naturaleza de institución clasista en
defensa de la propiedad privada, deviene un mediador entre las clases, una actividad cuyo fin
último es evitar la lucha violenta.” Y dice que “[e]l Estado del mundo occidental de nuestros
días, igual que el del pasado, es la consecuencia inevitable de las diferencias económicas y
tiene como finalidad suprema la defensa de la propiedad privada.” 127
Otro ámbito en el que, como ya hemos comentado, se inspiran muchas de las posturas
actuales de quienes gobiernan el país y detentan el poder es en el de las teorías del Derecho
constitucional. En este ámbito “se ha elaborado un discurso rígido, que paradójicamente
contrasta con las abundantes reformas a la Carta Fundamental; un discurso en torno a imágenes
casi sagradas, como la absoluta división de poderes y la soberanía a ultranza, en las que de
cierta forma, se sustentó el presidencialismo.” 128
Respecto de los libros de texto y la asignatura de Derecho constitucional, “esta materia,
por años, se ha impartido con base en la selección de uno o dos textos que el maestro emplea
para guiar su materia. Si esto resultaba insuficiente en la década de los años setenta u ochenta,
cuando aún la mayoría de los libros que se estudian, conservaban su vigencia, con mayor razón
hoy en día, cuando estos han quedado atrás en términos de actualización con respecto a la
Constitución, y con relación a las propuestas del constitucionalismo contemporáneo.” 129
Aquí, uno de los académicos mexicanos más seguidos es Felipe Tena Ramírez. Su libro
Derecho constitucional mexicano 130 escrito inicialmente en 1944 y que ya va por su trigésima
tercera edición, ha sido ampliamente utilizado en la instrucción dentro de las Facultades de
Derecho de todo el país.
126 DE LA CUEVA, Mario, La idea del Estado, op. cit., p. 399
127 DE LA CUEVA, Mario, La idea del Estado, op. cit., p. 400
128 CABALLERO, José Luis, “Consideraciones en torno al estudio y al proceso de enseñanza-aprendizaje
del Derecho Constitucional” op. cit., p. 28
129 CABALLERO, José Luis, “Consideraciones en torno al estudio y al proceso de enseñanza-aprendizaje
del Derecho Constitucional” op. cit., p. 21
130 TENA RAMÍREZ, Felipe, Derecho Constitucional mexicano, México, Porrúa, 2000, 33ª ed. (1ª ed.
1944)