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tradicional que había servido como aglutinador de los líderes insurgentes como Hidalgo,
Morelos o Iturbide. 113
Las concepciones que se manejaban en la Constitución de Apatzingán eran “típica[s] del
liberalismo burgués europeo” y, en cambio, por otro lado, esta Constitución no incluía ninguna
de las medidas agrarias que habían sido decretadas por Hidalgo o por Morelos, ni se establecía
ninguna reforma en la tenencia de la tierra. 114
Lo anterior provocó inevitablemente el choque del Congreso con los caudillos
populares; las clases y movimientos de unos y otros nunca llegaron a acoplarse. La concepción
popular podía haberse acoplado con las ideas religiosas y la defensa de lo propio frente a lo
extranjero, propugnadas por los criollos en una primera etapa del movimiento. Sin embargo,
fue imposible el acoplamiento de la lucha popular con estas novedades del liberalismo. El
movimiento popular decae y es entonces la clase media la que se encarga de instaurar estas
ideas a través de un Congreso. Así, “la Revolución de Independencia terminará bajo el signo de
una concepción política enteramente distinta de aquella que le dio principio.” 115
Hay una clara actitud en una minoría del grupo criollo que insiste en que el pueblo
deberá adaptarse al modelo ideal planteado por ellos. 116 Se fundamenta el origen de la nación
en su pasado más remoto y se lleva a la sociedad a buscar unas metas puestas en el futuro. 117
El criollo se enfrenta a dos obstáculos: primero, aunque “quiere la ilustración, la libertad
y la abundancia, [...] de hecho se sabe ignorante, sujeto y mísero”. Segundo, aunque ha elegido
un futuro para la nación entera, la mayor parte de los ciudadanos de la nación no están con él,
no se han unido a su movimiento. Quizás este modelo no llegue a realizarse nunca, pero lo ve
como un propósito y así tiene una función regulativa. Los esfuerzos se encaminarán a “destruir
los antiguos hábitos y prejuicios, la ignorancia y la miseria [...]” Entre estos hábitos y prejuicios
se incluye a la costumbre, que deberá ser suplantada por el “progreso”. 118
Existía otro grupo entre los europeos y las clases altas en México que formaba el partido
realista. Este partido estaba en contra del movimiento insurgente, y veía a la nación como un
113 FLORESCANO, Enrique, Etnia, Estado y Nación. Ensayo sobre las identidades colectivas en México,
op. cit., pp. 287-288
114 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., pp. 122-123
115 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., pp. 126-128
116 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., 177
117 FLORESCANO, Enrique, Etnia, Estado y Nación. Ensayo sobre las identidades colectivas en México,
op. cit., pp. 189-290
118 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., 178-186