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Respecto de los indígenas, se dieron por primera vez políticas estratégicas concretas.
Estas tuvieron como sustento teórico importante a la antropología, que se institucionalizó como
disciplina científica y se utilizó como instrumento para la integración de los pueblos indígenas.
Como dice Hernández Díaz “la antropología en el México posrevolucionario ha estado ligada,
hasta años recientes, con la política indigenista.” 292
Del gobierno de Cárdenas se encuentran, no obstante, distintas percepciones. Los
yaquis lo consideran como un gran presidente pues les reconoció, mediante decreto, varios
derechos territoriales y sobre el uso del agua; 293 por otro lado Adelfo Regino, de la organización
Servicios del Pueblo Mixe, expresa que desde el Estado se instituyeron las políticas
integracionistas hacia los pueblos indígenas, sin ningún avance sustantivo en la manera de
considerarles. En esa época se crearon y consolidaron las primeras instituciones desde las cuales
se canalizó toda la voluntad del Estado hacia la integración de los indígenas. 294 Se creó un
Departamento de Asuntos Indígenas dependiente del gobierno federal, con el objetivo de
realizar investigaciones acerca de las necesidades de los indios y formular –desde el gobierno—
programas para ayudarlos a elevar su nivel de vida. 295 También se creó, en 1937, el
Departamento de Educación Indígena, dependiente de la Secretaría de Educación Pública. Este
departamento promovió los internados indígenas con el nombre de Centros de Educación
Indígena. Estos centros se convirtieron en 1938 en los Centros de Capacitación Económica,
pasaron a cargo del Departamento de Asuntos Indígenas y se orientaron a dar capacitación
técnica agrícola e industrial a indígenas. Una de las últimas actividades indigenistas del
presidente Lázaro Cárdenas fue el impulso a la realización del Primer Congreso Indigenista
Interamericano, celebrado en Pátzcuaro, Michoacán, en 1940. 296 México formó parte de este
Congreso, donde se instauró formalmente el indigenismo oficial. Aquí se plantearon objetivos y
propósitos relativamente claros tales como la necesidad de “acelerar y consolidar la integración
nacional”. También se planteó que las “políticas indigenistas servirían para promover el
desarrollo económico y social de las comunidades indígenas, generalmente marginalizadas
292 HERNÁNDEZ-DÍAZ, Jorge, Reclamos de la identidad: La formación de las organizaciones indígenas
en Oaxaca, op. cit., p. 25
293 Aunque, como ya veremos en el capítulo 7.4. de este trabajo, las políticas que acompañaron estos
derechos no siempre fueron las mejores e incluso fueron una vía para la intervención gubernamental en la
sociedad yaqui.
294 REGINO, Adelfo, “Los pueblos indígenas. Diversidad negada”, op. cit., s/n de p.
295 SPICER, Edward H., Los Yaquis. Historia de una cultura, trad. de Stella Mastrangelo, México,
UNAM, 1994, p. 337
296 LÓPEZ BÁRCENAS, Francisco, Legislación y derechos indígenas en México, op. cit., p. 33