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orden ya constituido que no debía cambiar. El partido realista estaba dividido en su interior: por
un lado, el ejército, que durante todo el período que duró la guerra de independencia fue
tomando fuerza y poder, no coincidía del todo con los europeos y para 1821 ya se encontraban
en franca contradicción. Por otro lado, el alto clero, que en un inicio había estado con el partido
realista en contra de los insurgentes, también comenzó a distanciarse y finalmente en 1820 con
el restablecimiento de la constitución liberal y la promulgación de los decretos de Cortes –que
expulsaban a los jesuitas, desaforaban eclesiásticos, suprimían órdenes monacales, reducían
diezmos y vendían los bienes del clero— el distanciamiento terminó en ruptura. 119
Las elites criollas se fueron uniendo en torno de Iturbide con el Plan de Iguala. Ellos no
estaban con el partido realista pero tampoco con los insurgentes. No buscaban una
transformación en el régimen sino, por el contrario, reivindicar las ideas antiguas en contra del
liberalismo. El Plan de Iguala buscaba abolir la recién establecida Constitución liberal con
todas sus reformas, declarar a la religión católica como la religión del Estado y conservar los
fueros y prerrogativas del clero secular y regular. 120
Finalmente, la independencia de México se proclama con el triunfo de Iturbide. Eso
significa que hubo un cambio de régimen pero éste ha quedado en poder de las elites criollas y
ha permanecido el orden anterior. Se estableció una junta con preponderancia del alto clero y la
nobleza criolla donde se excluyó a los insurgentes pero se otorgaron algunas concesiones a la
clase media y castas para evitar su descontento.” 121
Para Villoro resulta evidente que
“el movimiento de Iturbide nada tiene de común con el que promovió Hidalgo. La
proclamación de la independencia en 1821 no concluye la revolución ni, mucho
menos, supone su triunfo; es sólo un episodio en el que una fracción del partido
contrarrevolucionario suplanta a la otra. Iturbide no realiza los fines del pueblo ni de
la clase media más que en el aspecto negativo de descartar al grupo europeo de la
dirección política; toda comparación entre movimientos tan distintos resulta estéril e
improcedente.” 122
Varios insurgentes se reunieron para conspirar de nuevo pero esta vez lo hicieron sin el
pueblo. También se organizaron logias masónicas en la lucha independentista. A estas logias
119 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., 189-203
120 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., 204-205
121 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., 206-208
122 VILLORO, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, op. cit., 208-209