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indígenas se han definido como ‘usos y costumbres’. Éste término ha tenido una gran acogida
entre la clase política e intelectual; con “esta expresión, en realidad se juzgan culturas cada vez
que se conocen hechos o circunstancias acontecidos entre integrantes de pueblos indígenas, que
de inmediato son atribuidos en su causalidad y resultados a los ‘usos y costumbres’, con toda
una carga de ejemplo y demostración de las ‘barbaridades’ que esos pueblos practican, y
además con el implícito de extrañeza, porque la cultura dominante es, ésa sí, “avanzada,
civilizada y respetuosa de los derechos humanos”. 169 Es decir, que con este término que en un
principio surgió para sugerir que sus sistemas jurídicos no pueden aspirar a llamarse Derecho,
sino quedarse como un rango inferior, ahora también se utiliza para traer a colación las
“atrocidades” que estos pueblos cometen.
Retomamos de Magdalena Gómez un ejemplo que la prensa se ha encargado de difundir
recientemente: “la infame agresión a una mujer indígena por otra en Amealco, Querétaro”. El
caso narra “hechos sucedidos entre dos personas a título individual. Dos mujeres: una agresora,
la otra su víctima. No se trató de la decisión de un pueblo que por conducto de sus instancias
internas conociera de un conflicto y estableciera una sanción; sin embargo, a los hechos se les
ha querido dar el carácter de ejercicio de la cultura indígena.” 170 Como bien señala Magdalena
Gómez, se trataba de una terrible agresión con la que el pueblo indígena donde ocurrió nada
tiene que ver y lo que correspondía era que el acto se sancionara conforma la ley penal vigente.
Sin embargo, se difundió con un sesgo racista diciendo que esos eran los usos y costumbres.
Así, se ejerce contra las culturas indígenas un racismo “políticamente correcto” que
“jamás se plantea tratándose de la sociedad no indígena.” 171
Otro ejemplo de la postura que les considera incapaces de tener un sistema jurídico lo
encontramos en los debates en torno a la reforma constitucional de 2001, donde se señaló que
“[p]ersiste la controversia de si resulta pertinente hablar de sistemas normativos para referirse a
una serie de normas sumamente ‘maleables’, de carácter oral y consuetudinario.” 172
Díaz-Polanco y Sánchez comentan que cuando se levantó en armas el EZLN, el
gobierno no podía concebir siquiera la posibilidad de que fueran los propios indígenas los que
se sublevaran pues “cegado por su propia política y su desprecio hacia los pueblos indios, no
169 GÓMEZ, Magdalena, “Usos y costumbres: juicio cultural y racismo”, Periódico La Jornada, México,
Sección Política, martes 3 de febrero de 2004
170 GÓMEZ, Magdalena, “Usos y costumbres: juicio cultural y racismo”, cit.
171 GÓMEZ, Magdalena, “Usos y costumbres: juicio cultural y racismo”, cit.
172 “Reunión de la Subcomisión de Puntos Constitucionales en Materia Indígena” en Libro Blanco sobre
las reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígenas, cit., p. 288