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Entre otros factores, esta situación propició el levantamiento de un grupo
armado que reivindicaba mejores condiciones de vida para los indígenas chiapanecos,
en particular, y para la totalidad de los indígenas del país en general. Desde entonces,
el proceso que permita llegar a una paz plena en todos los rincones de Chiapas no ha
podido concretarse. Por ello, la apuesta de este gobierno es, y así se ha manifestado
en los hechos, el diálogo.
Resulta imperativo recalcar que la voluntad indeclinable del Ejecutivo Federal
es alcanzar una paz justa, duradera y definitiva en la zona del conflicto en Chiapas,
que siente las bases para garantizar que los pueblos indígenas sean sujetos de su
propio desarrollo, tengan plena participación en las decisiones nacionales y ponga fin
a los varios siglos de discriminación a los que se han visto sometidos.” 189
Como podemos ver, el discurso gubernamental reconoce la diversidad y la existencia de
pueblos indígenas pero nos parece que no se les reconoce verdaderamente como entes culturales
diferenciados, como comunidades de cultura con todo lo que esto implica pues, aunque se ha
dicho que “México es producto de la unión de pueblos y culturas diferentes”, y que la “unidad
nacional no puede sustentarse en la imposición de una cultura sobre las demás” no se hace
ninguna mención al reconocimiento de los pueblos indígenas, más bien se recalca la
preocupación por la “calidad de vida” y la “discriminación.”
Un ejemplo de esto es el tratamiento que se hace del tema indígena en materia
educativa. El informe en comento además del proceso de paz en Chiapas citado, no vuelve a
tocar el tema indígena más que en el rubro de educación. Ahí se habla de la “educación
intercultural en materia de derechos humanos” de la siguiente manera:
“[...] la desigualdad educativa se manifiesta de manera especialmente grave en
poblaciones indígenas. Este sector de la población recibe una oferta educativa de
calidad inferior al promedio nacional y poco relacionada con su realidad cultural y sus
necesidades. Es entre poblaciones indígenas que la cobertura de educación básica
tiene mayores problemas. Y, desde luego, son los niños indígenas los que menos
oportunidades tienen de lograr los objetivos fundamentales de la escuela primaria. La
proporción de indígenas en los niveles medio superior y superior del sistema educativo
es muy inferior a su proporción en la población total.
189 Avances y retos del gobierno federal en materia de derechos humanos, cit, pp. 17-18