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La práctica de la atención plena

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emponzoñamos nuestra mente abusando <strong>de</strong> sustancias<br />

como el alcohol o <strong>la</strong>s drogas, <strong>la</strong>s consecuencias son<br />

invariablemente <strong>de</strong>structivas, lo sepamos o no y nos<br />

importe o nos traiga sin cuidado, los <strong>de</strong>más y nosotros<br />

mismos. Entre <strong>la</strong>s consecuencias <strong>de</strong> esas acciones<br />

negativas se hal<strong>la</strong> <strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> que ensucian y enturbian<br />

nuestra mente con energías muy diversas que<br />

obstaculizan <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ridad, estabilidad y percepción<br />

profunda y viva que suelen acompañar<strong>la</strong>. Esas acciones,<br />

a<strong>de</strong>más, tienen un efecto sobre nuestro cuerpo y tien<strong>de</strong>n<br />

a mantenerlo crónicamente contraído, tenso, agresivo y a<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong>fensiva, lleno <strong>de</strong> sentimientos <strong>de</strong> ira, miedo,<br />

agitación, confusión y, nalmente, ais<strong>la</strong>miento… y, con<br />

toda probabilidad también, pena y remordimiento.<br />

Es necesario, por tanto, revisar el modo en que<br />

vivimos, es <strong>de</strong>cir, nuestras acciones y nuestra conducta<br />

para cobrar así conciencia <strong>de</strong> los efectos que tienen<br />

nuestros pensamientos, pa<strong>la</strong>bras y actos en el mundo y<br />

en el propio corazón. Si estamos continuamente agitando<br />

nuestra vida y dañando a los <strong>de</strong>más y a nosotros mismos,<br />

acabaremos encontrándonos con esa misma agitación y<br />

daño en nuestra <strong>práctica</strong> meditativa, porque ése será<br />

nuestro alimento. No <strong>de</strong>beríamos, pues, si realmente<br />

queremos que nuestra mente y nuestro corazón<br />

encuentren al n <strong>la</strong> paz, seguir alentando esas ten<strong>de</strong>ncias<br />

y conductas negativas. Si tomamos <strong>la</strong> <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />

reconocer y alejarnos <strong>de</strong> esos impulsos, podremos<br />

empezar a <strong>de</strong>jar a un <strong>la</strong>do los estados y acciones

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