Bajar documento - La nueva concepción de la historia

general del designio material: la realización histórica necesita del ser humano para
materializarse; y el ser humano requiere de la historia como base de sus acciones (Kelle y
Kovalson: Sociología marxista). El capitalismo viene preparado en la secuencia de todas las
formas progresivas económicas anteriores (Spiridonova citado por Karataev, Rindyna y otros,
en: Historia de las doctrinas económicas).
… la actividad de los seres humanos entra en la cadena objetivamente necesaria de los
acontecimientos que integran el proceso histórico… Al margen de la actividad
práctica de los seres humanos ni siquiera cabe hablar de las leyes del desarrollo social.
Pero, la dialéctica de la historia es tal, que el ser humano modifica las circunstancias:
que las leyes del desarrollo social manifestándose sólo en la actividad práctica de los
seres humanos, determinan también el contenido y el sentido de dicha actividad (Kelle
y Kovalzón: Sociología marxista).
Puesta en la trama histórica, la evolución de la crítica del stablishment al marxismo, se
percibe atraviesa tres momentos. La primera de éstas, se circunscribió a su carácter clasistarevolucionario,
conspirativo, partidista; la misma, se entiende, estuvo condicionada por el
peligro inmanente inserto en la irrupción de este pensamiento, esto es, cuando todavía no se
había constituido en “fuerza movilizadora material”, en tanto se hallaba prendiendo en las
masas; sus adversarios burgueses y pequeñoburgueses, aceptaban solamente su carácter
doctrinario y rechazaron su médula transformadora, mientras que su impugnación fue
teorética: a la concepción filosófica, a su estructura temática, al método. La siguiente
peculiaridad de la actuación de los mismos citados sectores, fue su revisión: la combinación
de la “concepción anticapitalista con el modo de pensar burgués”; el sentido práctico de esta
“revisión de los principios básicos” asumía imponer vaguedad, tornar intencionalmente
amorfo al pensamiento marxista, exigiendo la integración teórica, el intercambio de ideas,
para que emerjan “nuevos modelos” que combinarían socialismo con la democracia y con la
libertad; este es un fenómeno que aparece al haberse tornado realidad el leninismo: la
revolución, la dictadura del proletariado soviético y sobre todo, una vez que en la ex URSS
había hecho pie el socialimperialismo, esto es, cuando dicho falso socialismo empieza a
parecerse cada vez más y a competir por el dominio del mundo, al y con el capitalismo
clásico, en su orden. La moderna forma en la que opera el sentimiento burgués y
pequeñoburgués respecto del marxismo, es su declarado desprecio, el reiterado
pronunciamiento neoformalista sobre la “elementalidad” (sic) de la reflexión lógica marxista
frente al preciosismo y genialidad supuesta de la compleja modelación matemática de la
“econometría avanzada” gringa.
En suma, en la primera etapa (en vida de Engels y Lenin), se criticó al marxismo con
la intención de mejorarlo; en la segunda (hasta la década de los 60 del siglo XX) se lo hizo
“revistiéndose” de él, para “actualizarlo”; en la actualidad, en cambio, se ha declarado
directamente ser antimarxista, imputando errores, caducidad, influencia social negativa a la
teoría y práctica socialista “real”, con sustento ligero en la experiencia socialimperialista. Este
proceso “evolutivo” denota la conducta de tendencial alejamiento del marxismo: su crítica
acerba y, en algunos casos, la negación total de la objetividad, consistencia transformadora y
doctrinario integral como saber del mundo de la “ideología científica y revolucionaria del
proletariado”, a través de posiciones de supino eclecticismo y especulación, en el sentido de
apreciar que el marxismo no es una teoría científica, sino sólo una de los postulados posibles
entre los cuales se puede elegir. Para el último caso, el capitalismo supuestamente triunfante
en 1989 sobre “su otro” (mismo): el imperialismo social soviético, carecía de contendor
(“unipolaridad”); con soberbia sobre la premisa de la “implosión” del sistema socialista (debe
decirse de paso, que ciertos teóricos sostienen, que los modelos fracasan; no obstante, los
modelos no fracasan, porque no tienen voluntad, quienes hacen exitoso o inoperables a los
modelos son las fuerzas sociales: ellos dependen de la correlación de fuerzas), de un solo
plumazo se declaró que la historia había finalizado, que el marxismo es inútil, que ha
envejecido, luego de haber dado paso a la instauración de un “régimen de terror”; esta última
posición posmoderna irracional, fue también política: se declaró que la ideología marxista, es
falsa, fue negativa para la historia y fracasó, se afirma en algunos círculos a propósito del
resurgimiento del pensamiento marxista frente a las convulsiones del 2008, a los últimos
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