Bajar documento - La nueva concepción de la historia

exigir que haya leído tres libros por año), el matrimonio monogámico y para siempre, el
mantener intacta la piel (no tatuarse), la modernidad toda (la racionalidad instrumental).
En realidad, las sociedades se “cansan” –en el largo plazo- de los sistemas y de los
modelos imperantes (el hecho ocurre, es obvio, en forma coetánea –es su expresión-, esto es,
en coherencia con los cambios que produce el desarrollo de las fuerzas productivas). En la
actualidad todos los componentes que enmarcan el modo de vida eslabonado a la matriz
capitalista de reproducción social ingresa en entredicho: la forma de vestir, el automóvil, el
ritual, el ceremonial relativo a la convivencia... Strictu sensu, el mundo se halla frente al
ajetreo de las últimas generaciones que usan corbata y manejan automóvil; en realidad, todas
las formas (creencia, costumbres, hábitos y usos), que estructuran el modo burgués de
existencia, entran en cuestión. El capital ha desatado sus fuerzas contra sí mismo: el teléfono
celular empleado en actos “terroristas”, Internet (Anonymous), el “uso de la modernidad
contra la modernidad”. En este limbo, aparecen nuevas formas de relacionamiento social, que
configuran un renovado cascarón o tejido social. En Cuba, por supuesto, existe este cansancio
(patología de la formalidad, de la institucionalidad –E. Fromm); pero el marco social
preexistente se mantiene en orden del efecto de la refriega, que se cumple con el sistema
yaciente a pocas millas, el cual se halla –por su parte- en degeneración permanente. No
obstante, la paradoja opera en el interior de este ardid (cascarón burgués) total, plena y
espuriamente controlado; en efecto, la sorpresa para el poder está a pocas cuadras, la
proactividad no sirve, el complejo de “alianzas estratégicas”, los “clúster” de dominación se
rompen, no hay un “Plan B” (la “magia” ha sido revelada, las “fuerzas de Porter” 1597 ,
Ishikawa, son insuficientes) frente a la definitiva, genuina, sólida y total “rebelión de las
masas”, en curso 1598 .
En las entrañas del poder, como se sabe, cohabitan dos tipos de mentalidades: la
postura neoclásica, adicta a la creencia de que el ser humano debe abrirse paso usando las
capacidades; la fiscalista, que supone que el colectivo gubernamental debe asistir al proceso
para atender distorsiones. Sea. Pero estas tesis de filosofía social se hacen trizas, cuando
toman como dato la situación de arranque: diferente, desiguales condiciones en el punto de
partida, que hace abstracción del principio de la “acumulación originaria” y de la
sostenibilidad coercitiva del poder; también de las determinaciones diversas que se presentan
en el camino de la vida para los agentes humanos. El pensamiento que coincide con la
tendencia de los hechos (movimiento de la racionalidad estratégica hacia la racionalidad
1597 Contratendencias: los clusters de Porter. Una forma de intervención del Estado en el marco de las teorías
sociológicas neoinstitucionalistas, para promover conductas de mayor racionalidad integrativa al interior de
procesos del sistema económico mediante la formación de encadenamientos hacia adelante y hacia atrás, con lo
cual se eliminan eficiencias de costes; este ajuste organizativo permite ahorros financieros, “agregación de
valor”, reestructuraciones en la distribución de márgenes de intermediación y reaprovechamiento de
excedentes. También esta medida técnico-administrativa tiene latente la contradicción, la cual se desata cuando
la política se generaliza.
1598 Poder material, poder espiritual dominantes; sometimiento material, sometimiento espiritual. El sector
social hegemónico capta subjetivamente la realidad social y sus contradicciones en correspondencia unívoca
con sus intereses, con su ubicación estructural en la sociedad, según su ideología, se ha dicho; en esta
aprehensión se formulan las nociones sobre la realidad, en coherencia. Este mismo sector, generaliza e impone
ese saber al conjunto de la población; el resto de segmentos sociales se alinean, piensan la tópica real de los
problemas del sistema (aquellos que los afectan) a través y en la continuidad del objeto teórico del poder,
también se sabe. Si bien es verdad, que los “datos empíricos no tienen cualidad demostrativa” (Jean Pierre
Garnier), el desarme epistemológico inmanente a la ideología con la que piensa y obliga a pensar el dominio a
la subordinación, proviene de renunciar a sus categorías, a su teoría y a su modo de pensar (si se usa y piensa
con las categorías oficiales, se supone que se está reflexionando de modo crítico, esto, es, en sentido adverso al
del poder; sin embargo, este supuesto constituye una trampa: nociones, conceptos y categorías del bagaje
teórico inmanente a la conciencia de la dominación, no sirven para volcarlos en su contra, lo cual induce la
reclusión en dicho despropósito); para el efecto, es necesario volver a la realidad, para abordarla con una
nueva visión, con nuevos “útiles teóricos”, para procesarla con un nuevo método, de modo de generar
supuestos de la conciencia alternativos, con la aplicación a ellos de la “categoría política”, conceptualización
que irrumpe sobre la ideología oficial y la desmitifica (Manuel Castells). En la actualidad, no obstante –y esa
constituye una prueba del carácter transicional, de composición biestructural que ostenta la sociedad actual (de
la derrota de todas las ideologías: de la capitalista y de la falsa socialista)- el pensamiento se torna
paradójicamente ecléctico: el proletariado cuida su bienestar mediante el apoyo a los proyectos del burgués; el
burgués sostiene su bienestar favoreciendo al obrero (sólo que el apoyo proletario es sincero, mientras que el
del burgués es hipócrita). Cambio de locus teórico-ideológico, aunque esta reubicación perceptual no alcance el
locus material; pero la conciencia se ha reestructurado, de modo que se ve de otro modo el mundo, no con los
ojos del burgués.
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