Bajar documento - La nueva concepción de la historia

Universo (el homo sapiens sapies originario: inocente, ignorante: ángel bello -Luzbel, Adán-,
progresiva, generacionalmente llega al conocimiento pleno y se transforma en conspirador
-Lucifer). De manera que esa meta debe alcanzarse, no se dude, dese por descontado, por
hecho: esto debe ocurrir, por sobre la incredulidad de los apóstatas, de los escépticos
(Prometeo –lo demuestra la historia- puede erguirse sólo sobre el mercado; ahora bien,
Prometeo y mercado han sido recusados por el izquierdismo sensualista sin beneficio de
inventario) 505 . Esta es una forma conceptiva lineal de la historia, resultante de la aplicación en
ella, del método matemático de los “mínimos cuadrados”, es decir, que la tendencia media (la
ley) no deja de lado los vericuetos de la realidad. De acuerdo con ese escenario de
concepción, se está de acuerdo y en desacuerdo con C. Levy-Strauss; de acuerdo, en la
medida en que el proceso humano se acerca al modelo de zigzag, y en contra, puesto que se
considera el devenir humano según patrones lineales, de forma coherente, optimista.
¡Es increíble! ¿Se presenta sensato, humano, suponer, que en el ser humano de hoy (año
2010), en su correspondiente índole, por su “calaña”: repleto de pasiones (Europa: con su
Unión Europea; Japón: incremento de población y consumo de sushi; los gringos: anhelo de
poder genocida), limitado, que piensa sólo en “lo material”, tan frágil (pero, en todo ser
humano yace una mente poderosa), reside el germen de la perfección, de un ser colectivo
regio? Evidentemente: ¡no! No obstante, piénsese en lo siguiente. Figúrese al primer homo
sapiens sapiens: ser ágrafo, comunicándose con gestos y gritos significativos precarios,
ingenuo, confundido, ignorante, temeroso de todo, sin fuego, viviendo en las cavernas,
nómada (ser que come, se aparea, se protege y descansa), asediado por las inclemencias del
entorno: ¿entendería (tendría noción) sobre lo que pasa, aceptaría, daría crédito, se
estimularía, presupondría el porvenir grandioso que le espera al ser embarcado con un mazo
en mano, cubierto de pieles toscas, descalzo, apestoso y plagado de piojos, en un trasbordador
rumbo a Marte? Se vería como un perfecto bobo: su nivel de conciencia no le permitiría
entender la situación: no sabría qué es lo que le estaría pasando, mucho menos aceptar el
hecho, creer que el ser humano ha forjado todo el conocimiento y el desarrollo técnico
presentes, esto es, que se ha trasformado en un viajero espacial. Hoy pasa algo similar: ser
humano postmoderno “serio” alguno admitiría la condición divina, como meta para la
especie. En sentido contrario, si la imaginación vuela sobre el tren de las tendencias y las
leyes concretas de desarrollo de la realidad histórico-social, está capta los distintos escenarios
humanos que se anuncian como concreción de actos del pasado, tanto como las consecuencias
que de allí se derivan.
El ser humano es un ser hermoso: “la obra más perfecta de la creación” (sic) o la cima
de la evolución; no obstante, el software capitalista metido en tan maravilloso hardware, lo
vuelve detestable, lo destruye, convierte en farsa esa obra. Lo citado pasa con las reinas de
belleza, con los grandes deportistas, con los científicos, los tecnólogos e intelectuales
mentalmente modelados por la ideología burguesa. Una mujer bonita, que evidencia ser afecta
a las tesis de mercado, a la democracia liberal, al pensamiento religioso cristiano en
Occidente, en una conciencia de una persona de formato mental materialista, marxista, deja de
serlo y se vuelve repudiable. Las lacras de origen capitalista se hacen evidentes en todo
sentido: en un lupanar, las meretrices se acercan a un fornicante en proyecto únicamente si
tiene dinero y si advierte que tiene interés en ella (como el capitalista que sólo admite a la
fuerza de trabajo en su empresa, si es instrumento de valorización de su capital), caso
contrario es objeto de rechazo; en un antro de ese tipo, el sector masculino que lo frecuenta,
constituyen los bípedos más torpes: toman alcohol, fuman, escuchan esperpento musical del
peor orden: se mueven, gozan: se hallan presas de los más malsanos sentidos, de Eros, de la
pasión, del deseo. En los negocios, en la política burguesa tanto como en el arte, la cosa es no
menos sorprendente, sobrecogedora: el burgués exitoso cenestésicamente saborea su riqueza,
lo ve con color dorado; quién gana las elecciones para representar al poder está satisfecho,
505
Cuanto más conocida (elevamiento de la conciencia) y establecida (ruta abierta: su programación racional)
está la historia, mayores grados de libertad detentan los seres humanos: sus decisiones y voluntad no han sido
privados de la “libre creatividad”, aunque éstos pasen a ser “… sólo un eslabón en el proceso causal de la
historia”: un proyecto, una obra mentalmente planteada que se anticipa operativamente a producir lo que viene,
la cual debe ser alcanzada, demanda de la creatividad (en ciencias la creatividad resulta en la producción de
métodos de conocimiento) y de la voluntad inherente al reto de su culminación (el ser humano no viene dotado
de la capacidad del denominado “libre albedrío”; ésta es una cualidad, que este ser lo va conquistando dialéctica,
histórica y lógicamente, a medida que amplia, en la praxis, el conocimiento objetivo, en el marco del desarrollo
de las fuerzas productivas).
325