Bajar documento - La nueva concepción de la historia

ipolar, pues, la esfera se divide, de modo transparente, en dos campos enemigos: bloque
neoimperial comandado por la Triada: Europa, Japón, Estados Unidos y la población de las
repúblicas neocoloniales, que no se somete a los designios de la cabeza del imperio y sobre
los cuales se descarga la coerción belicista 1442 .
Actualizando los “datos”, el capital financiero-especulativo, no ha sido desbancado de
su posición de “director del mundo” (“onda financiera del capital”); su ejecutoria ha
devenido, en los primeros años del siglo en curso (2008), en un nuevo “crack financiero” en
EU, el cual, según es la opinión de los expertos, enrojece frente a fenómeno similar ocurrido
entre 1929-33; esta crisis, por otra parte, reviste índole sistémica, mundial (en verdad, se
afirma que el “sistema ideológico, programático e institucional de gestión financiera del
capital global se halla en crisis”), la misma, podría sostenerse también, que representa el “fin
de la orgía capitalista y de su clase”. La referida crisis, abierta en la esfera inmobiliariofinanciera
de EU, es expresión del fracaso de la operación de las leyes del mercado en el
proceso de reproducción del capital financiero, pues, la política de desregulación del
movimiento del capital financiero-comercial, dejó el camino libre para que se produzca el
desate de operaciones especulativas (institucionalización de los mercados Offshore, de estas
“zonas francas” al revés). El resultado ha sido la creación de una serie de burbujas (aumento
artificial de precios): informática, inmobiliaria, financiera, emisora, petrolera (dadas esas
circunstancias, finalmente los liberales se volverán fiscalistas: el Estado –el capital financiero
propiamente- irá al rescate de la Banca; Europa, por ejemplo, está renunciando a la política de
compras a futuro de petróleo con el objeto de equilibrar dicho mercado y la demanda de
dólares, y recurriendo a la depreciación de su moneda). Si en el plano económico la recesión
estadounidense es una forma de expresión de la tendencia en la caída de retornos, en el de la
desestructuración civilizatoria de la humanidad, la misma bloquea la formación imperial de
aquella; en efecto, la crisis económica de EU (crack financiero de inicios del siglo XXI,
mitigado –enmascarado- por la contratendencia de centralización bancaria: ocultación de
quiebras mediante fusiones, absorciones, asunción estatal de pasivos), bloquea todo camino
imperial para el mundo; el planeta, por tanto, se vuelve una estructura “subimperial”, esto es,
la humanidad geopolíticamente se balancea, puesto que “se equilibra en cuanto a centros de
poder económico”: EU, UE (Canadá y Australia siguen el mismo patrón, pero de modo más
moderado), Japón, Rusia, China, India, Brasil, Pakistán, Irán.
Según la aseveración de A. Arrighi:
Después que todo: Bretton Woods era un sistema global, así que lo que realmente ha
ocurrido ha sido un cambio desde un sistema global (jerárquicamente organizado y en
su mayor parte controlado políticamente por los Estados Unidos) a otro sistema global
más descentralizado y coordinado mediante el mercado, haciendo que las condiciones
financieras del capitalismo sean mucho más volátiles e inestables.
Con el paso del tiempo, sin embargo, la turbulencia socavó el poder de los viejos
centros organizadores, y preparó su desalojo por nuevos centros organizadores,
capaces de promover y mantener una nueva expansión importante de la producción y
el comercio mundial (Arrighi, 1994) 1443 .
1442
Ya no se producen guerras interimperiales evidentes: es cierto; no obstante, éstas, habiendo cedido
“energía”, se han transferido a la esfera contradictoria de los negocios: en aquellos que se llevan a cabo en el
marco de la operación de los monopolios corporativos; la hegemonía en este sector, por su parte, se expresa
como la voluntad impuesta por el frente que comanda el “bloque histórico” imperial. Las contradicciones
interimperialistas se han simplificado con la caída del Muro de Berlín; en virtud de este hecho, la geopolítica se
ha tornado casi unipolar. En el plano de la practicidad revolucionaria, la absolutización del carácter rapaz,
cruento, genocida del imperialismo: atenerse solamente al signo de su sola negatividad intrínseca, impide
avanzar en su destierro definitivo; por otra parte, ya se sabe que toda radicalización, toda política maximalista
en el papel revolucionario fuera de la coyuntura que define este proceder, vuelve fofa la lucha o aladea al actor
del proceso. El apoyar ciertas concesiones democráticas que hace el poder: profundizar la democracia, es una
forma de lucha esencial en las circunstancias actuales, en las que hay que frenar a este poder inmenso, del que
puede apoderarse la arbitrariedad (el “matón del barrio” puede hacer de las suyas –arrasar con el planeta
todo-, antes de caer derrotado por una conjura histórico-popular), también con la cesión de virulencia y
frontalidad en la lucha transformadora; esta conducta, en modo alguno significa apreciar de manera sesgada,
en crisis, o de forma revisionista el hecho global imperial actual.
1443
Este orden geoinstitucional de desplazamiento del proceso de acumulación visto en sentido simplemente
directivo-operativo, se corresponde con razones más profundas relacionadas con el proceso de relocalización
programada de inversiones de carácter neoimperial: el mundo ha quedado a disposición de los grupos
oligopólicos del capital multinacional, ellos –en cerrada competencia intermonopólica- van reconquistando
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