Bajar documento - La nueva concepción de la historia

hecho, el fenómeno se halla en pleno desarrollo en la India, en Pakistán; en aquellas zonas, a
medida que se estructuran instituciones de tráfico, de regulación oficial y de aplicación de las
prácticas inherentes concebidas en la perspectiva de Occidente (o sea, tan pronto como el
sistema evoluciona de la fuerza hacia el momento superior de dominación por hegemonía),
precisamente con el propósito de inducir la formación de las bases tecnológicas afincados en
las cuales sea posible vulnerar el poder hemisférico (las llamadas “redes sociales” juveniles);
dichas políticas –por su parte- inducen transformaciones in situ: ni Occidente ni Oriente serán
lo mismo allí luego del cambio dado en el carácter de las fuerzas productivas, pues, éstas
modifican (en lo que pueden) progresivamente la naturaleza anterior de las relaciones
sociales, sobre todo por cuando éstas no se hallan asistidas por el esclarecimiento que entraña
la razón 1426 .
En el caso de la India, sus elites presentan altos grados de iluminación, de
bonapartismo, mientras que su población se halla atenazada por la más antigua y compleja red
mitológica, la que la convierte en una población completamente elemental. El capital
multinacional, que ha ido en pos de rentas allí donde hay mercado de oferta (materias primas)
y mercado de demanda (consumo), ha penetrado dicha mega zona social y está modernizando
la colectividad hindú (debe entenderse: occidentalizándola), esto es, simplificando
reduccionistamente la conciencia y las relaciones sociales precapitalistas abigarradas allí
existentes, y superponiéndola una forma conceptual y actitudinal inherente a la vida
capitalista, de ese manera el capital procede de modo revolucionario, en la medida en que
apila subconjuntos humanos en la orilla positiva de la historia, aunque en la coyuntura esa
tarea se presente censurable. Dioses, mitos, tótems, ritos, tabúes, reproducción de largo plazo
(sexo) y de mediato plazo: alimentación en grupo; con el predomino de tal ideología
cohesionadora ha podido sostener procesos de reproducción simple: país de más de mil
millones de habitantes, de tradición estamental jerarquizada, que Inglaterra no pudo destruir
en la época colonial, pero que el movimiento prístino del capital lo está logrando
(simplificando su complejidad estamental de castas y direccionándola hacia la pureza bipolar
de trabajo productivo y trabajo improductivo, en el segmento activo de la población). El
capital ha permitido el traslado de las factorías a la India, volviéndola una economía de
mercado, una maquiladora, una plataforma de exportación; cierta sedimentación endógena de
ese proceso de acumulación, la ha estructurado como cuasi “cultura nacional” tardía, lo ha
modernizado, entrando a ocupar un sitial importante entre los países de mayor desarrollo
capitalista, lo que le ha permitido organizarse en el interior de los BRICS.
Tanto éstos como otros procesos (Pakistán está más cerda de Occidente), que tienen
lugar en la esfera episódica humana global, incluso de aquellos de sello mucho más particular,
mantienen su naturaleza cuasi autárquica y enclavada (singularidad forzada, que no se debe a
la fuerza interna de su constitución frente a la penetración frenética de la “modernidad”, de la
“posmodernidad”, en suma: de las relaciones –homogenizantes- concurrenciales en su
momento neoimperial, sino, más bien, como efecto de la tozuda voluntad –diferenciante-, que
pretende frenar el desplazamiento de la rueda de la historia). Se dice de ellos, que transcurren
con ritmos distintos, son historias y fisonomías particulares, que seguirán una ruta paralela y
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En Libia, el mercado ha jugado papel secundario camino hacia la “occidentalización”. A finales de agosto
del 2011, el Régimen está por “caer”. En los hechos, no es que los “rebeldes” se han tomado Libia; es el
imperialismo estadounidense criminal –se dice de modo indignado-, alentado por los cobardes Sarkozy y
Cameron, y por los hipócritas agenciosos de la ONU: Ban Ki Moon, los que han invadido y se han tomado
Libia, tras la pantalla de reacción de unos cuantos traidores libios (siervos de potencias intervencionistas, que
actúan a nombre de la “verdad”, de la “libertad y la democracia”, abrogándose el nombre de la comunidad
internacional; en realidad, la presencia genocida del poder occidental mundial en Medio Oriente, constituye
acción de reforzamiento del control geopolítico sobre el Golfo Pérsico, dirigido en el mismo sentido que el
mantenimiento de las Flotas Militares, los Comandos y las Bases que se hallan operativas en el planeta y cuyo
financiamiento representa porcentaje significativo de la deuda estadounidense, a pagar por parte de la
población mundial). En Siria no se han metido con su “artillería” y sus efectivos los gringos cretinos, genocidas
y cobardes comandados por los sicópatas “halcones de Washington”; a lo sumo han declarado con hipocresía,
que el dictador debe dejar el poder; tiene explicación esa conducta: en Siria, es el auténtico pueblo, que deplora
al poder interno y externo, el que se halla alzado. En Libia se inicia la intervención genocida y la larga lucha de
resistencia: la guerra civil fratricida (no obstante, en el largo plazo, los sucesos del triunfo no son sostenibles
para gringos ni para el capital). Empero, los acontecimientos han dado un giro completo a noviembre del 2011:
en Siria el movimiento popular estuvo inicialmente en contra de sus gobernantes, del poder y del sistema; pero
ni bien notaron la intromisión oportunista de la mano criminal del imperio yanqui, cerraron filas junto al
gobierno ante el cual inicialmente se levantaron, para defender la soberanía de Siria (el guión imperial de los 7
países árabes a invadir dentro del Plan Bush para Oriente Medio, va a fracasar).
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