Bajar documento - La nueva concepción de la historia

masivamente mundial, en el que el contenido esencial de la lucha política progresista debe
proponerse la consecución de: 1) que salte en añicos el carácter privado y monopólico del
sistema cibernético de “producción” (el litigio en este particular frente, es fundamental para la
permanencia de la especie, por tanto, debe ponerse interés y mucho cuidado sobre él, puesto
que una derrota abriría la posibilidad de guerras interimperiales en el marco de un nuevo
reparto de mundo: por petróleo, por agua -¿?-, por territorios); y, 2) la recusación frontal de
concepciones y conductas encaminadas a poner límite al progreso de la ciencia y de la
técnica, provenientes de intereses y percepciones burguesas (ineficacia marginal de la
técnica), y neorevisionistas (el postulado ideológico reaccionario acerca del fomento de la
reemergencia o prolongación de un estado de reproducción simple, anticoncurrencial,
puramente animal, del ser humano; al respecto, de modo reaccionario, antihistórico e
inmovilista se dice por ejemplo: “Los pueblos originarios, no contactados no desean
integrarse a la civilización de los supermercados…”; bueno, que dichos pueblos –los cuales
ya no son originarios: su reclamo reivindicatorio conduce tan sólo a mantener a esas
“subculturas comunitarias” a prolongar su situación de simple reserva germoplásmica, como
material genético sensualista, provisionamiento bancario en caso de pérdida del principal-
sostengan inconscientemente tal posición, es explicable, pero que el izquierdismo infantil lo
diga: ¡eso sí es absolutamente reprochable! 779 ); (“Todo nuestro tinglado ha dependido en
demasía de acontecimientos que ahora se están convirtiendo en historia antigua: las armas
nucleares y el radar durante la Segunda Guerra Mundial, la tecnología del silicio y el láser
después, el optimismo norteamericano y la hegemonía industrial,… tanto los físicos como la
ciencia en su totalidad estaban ahora acosados por los ecologistas, los activistas pro-derechos
de los animales… -gente partidaria de la “liberación de los animales”-… y otros grupos con
talante anticientífico”. John Horgan: “El fin de la ciencia”; 1998) 780 .
En sentido momentáneo (de la coyuntura histórica burguesa de movimiento de la
humanidad), en la concreción vital del pensamiento, respecto del sino del ser humano, pero
también en el orden de consideraciones sobre el propósito general que confiere sentido a la
existencia de la conciencia, la conclusión asume ribetes magros, diríase que: siniestros. El
problema se sitúa en el presente en Medio Oriente, en su “polvorín”. “… Irán es un país clave
en los negocios petroleros, por eso el imperio no ha dejado de instigarlo…”: Irán tiene
petróleo, pero, sobre todo, posee una posición geoestratégica puesto que puede actuar como
centro aglutinador de esa Región, lo cual profundizará la polarización y la apertura de un
nuevo esquema de balance, de contención de las principales potencias de Occidente, y es por
eso que EU –en noviembre del 2011- se ha puesto en contra del gobierno sirio, hasta hace
poco su aliado: para producir las condiciones para intervenir en dicho país (Irán) o para
neutralizarlo (en similar forma ha procedido con el resto de sociedades del área, alguna de las
cuales ha sido “sometida” en el juego de formación de una semiestructura de “aliados y
enemigos móvil”; en realidad, Estados Unidos de Norteamérica –país, que incluso carece de
nombre- es un “Estado funerario”, esto es, Estado gendarme, listo para enterrar a todo pueblo
que no se le inclina). La política de agresión genocida imperialista por el control de materias
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Tanto el peligro de destrucción de su morada (de la Tierra), como la conciencia desembozada de que de
modo oportunista, egoísta, hedónico debe comportase el ser humano, simplemente aprovechando su entorno
para su felicidad sensorial, son los factores que han autoimpuesto sobre ciertos sectores el cuidado de la tierra.
La voracidad del capital y la intención de los grupos neohedonistas, pueden llevar al mundo a la debacle (el
primero debido a la conocida conducta de sobre extracción de recursos, el segundo por el límite que pone al
alcance de la inteligencia); la ciencia y los sectores de izquierda progresistas neopormeteicos en consuno con la
dirección de la historia, conducen al género en sentido correcto, de su razón esencial: usar la inteligencia en su
condición inmanente (conocer la totalidad de los hechos).
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La inutilidad de la riqueza proveniente de la vigencia de la actual estructuración social de la humanidad,
vacía de sentido a los mecanismos clasistas positivistas hacia ella; se pierde uno de los incentivos centrales
para el desarrollo de esos mecanismos; entonces: ¿de dónde provienen esos mecanismos necesarios para la
continuidad del desarrollo de la ciencia y de la técnica, básicos para que el ser humano se enrumbe hacia la
concretización del proceso de hominización? Si se va de inmediato a un nuevo modo de producción,
desaparecen los móviles que impulsan el desarrollo de la ciencia y, sobre todo: de la técnica; este desarrollo
puede cesar, con lo cual se retrasa el progreso del pensamiento y del conocimiento del macro y micro cosmos.
Las necesidades empujan al conocimiento, la curiosidad también (puede decirse que existe una curiosidad
natural, una determinación natural a los que contradicen los modos asiáticos de sobrevivencia); el deseo de
mejorar el bienestar pone su cuota, pero en el sistema burgués esta virtud, ligada tan solo a la persona del ser
humano, se eleva a la enésima potencia, pues, este sistema pone estas condiciones. Si desaparece todo incentivo
para el desarrollo tecnocientífico, el proceso de robotización terminado, puede operar por sí solo, con la
determinación teleológica del ser humano, con su control y puesta de su rumbo.
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