Bajar documento - La nueva concepción de la historia

el relativismo se produjese en la ciencia, éste se presentaría en el primer peldaño: en el saber
filosófico (varios climas, existencia o inexistencia de estaciones, presencia o ausencia de
mares, de montañas, de agua congelada, etc.); pero una vez que se alcance el segundo (y
último) peldaño de objeto y método (científico en materia de las dimensiones naturales y
principio-guía en las esferas sociales y humanas, como suele decirse), éste aprehende,
comprehende al primero, lo desarrolla y profundiza en sí mismo; y, si advierte que hay algún
principio descriptivo grueso en otro saber primario que puede desarrollar la ciencia (la lógica
occidental) lo asume, con lo cual llegan a su término las llamadas “revoluciones científicas”
kuhnnianas (eso ocurre en Medicina con la Homeopatía, la Acupuntura, la Medicina Natural,
la Cura Shamánica, etc., con la Alopatía: ésta acoge un “buen saber” que no se ha producido
en su seno y lo cubre con la aureola de la objetividad proveniente de la investigación
experimental in vitro).
En contra de la percepción del “tiempo” (del movimiento) en Occidente (siempre
demostrando indisposición ante el positivismo, tendiendo a satanizarlo, desvalorarlo y
enterrarlo; reiteradamente “llevando el agua al molino”, al terreno cosmogónico filosófico
oriental y utilizando los propios medios que para efecto Occidente da) se dice que Einstein
(Occidente), los mayas, los chinos, los hindúes “nos hicieron entender”, que Occidente estuvo
equivocado (lo asevera el señor doctor Victor Madrid, médico ecuatoriano sutil conocedor de
filosofías chinas, mayas, andinas, greco-romanas): la relatividad del tiempo (sic), la
circularidad del tiempo (sic), el significado del tiempo (sic). No obstante, si se mira de modo
epistemológicamente más analítico, se advierte que todos los referidos personaje y grupos
humanos estuvieron equivocados (e incluso el paradigma de punta: la Física Cuántica, la que
linda ya con la mitología postmoderna 1763 ), puesto que utilizan las nociones fetichistas de
tiempo, espacio, energía, espacio/tiempo, relatividad del tiempo, circularidad del tiempo,
significado del tiempo (¡el “tiempo” no tiene significado señor Madrid!, aquello que tiene
sentido son los hechos humanos o no humanos: la fecha de nacimiento, el día de la
independencia, la Navidad, el próximo eclipse, etc.; ¡el “tiempo” –el movimiento en sentido
propio- es “una línea o función promedial ascendente”, egregio señor!: viene del pasado –por
decirlo de algún modo- se realiza en el presente y va del hoy al futuro, como desplazamiento
circular ascensional o elíptico), por lo que son el famoso Einstein, los mayas, los chinos, los
hindúes los que se hallan errados (en otro sitio -3.2.3, pg. 782, en este mismo documento, se
exponen razones más contundentes, como fundamento de la airada impugnación hecha).
Si bien es correcto decir, que “espacio y tiempo” son maneras culturalmente (sic)
relativas de representar la materialidad blanda y el movimiento, y no son atributos intrínsecos
de las cosas (dixit M. Guerrero y J. Murgeyto), la base de estas nociones sí es única: el
movimiento y la materia blanda; día/noche, nacimiento/muerte, asimilación/desasimilación,
cuerpos compactos/cuerpos blandos, etc., son iguales en todos lados (al interior del planeta y
en toda “cultura” debe entenderse). Si la causa del tiempo es el movimiento y del espacio la
existencia de materia no compacta, a este nivel no opera el principio de la relatividad (puesto
que el mismo es falso). Las diferencias paradigmáticas siempre se presentan en el plano de la
epifenomenología de la complejidad. ¿Saber Oriental y saber Occidental contribuyen a captar
el mundo? La respuesta positiva debe ser dada con mucho cuidado (puesto que en el saber
Oriental se hallan incrustados una serie de mitos, lo mismo que en el Occidental lo está la
ideología de clase); así es, pero el uno lo hace de modo filosófico, el otro, en cambio, en
términos científicos; el uno permite entender la realidad, el otro explica, predice y conduce a
la praxis. Es por eso que se puede concluir, que el “espacio de puntos” ha llevada la mente al
poder tecnológico actual (a partir de juzgar el hecho no desde una posición simplemente
hedonista) mientras que la perspectiva del “espacio de redes”, a más de haber quedado
reprimida (y ese es ya un límite de ese “paradigma”, si se lo evalúa mediante el criterio de
resultados), sometido por el otro (el euclidiano), no hubiese conducido a la humanidad hacia
el grado de racionalidad actual (de hecho, ya ha sido “cooptado” dicho enfoque en los
1763
Euclides, Pitágoras, Newton: los clásicos; Einstein, Heisenberg: los modernos. Como en Ciencia Política:
no porque las ideas seas planteadas por cerebros actuales (aunque con el deceso de las generaciones mueran
también los pensamientos y que siempre la humanidad encuentra formas renovadas de mirar el mundo),
forzosamente quiere decir que sean necesariamente verdaderas; en efecto, el pensamiento de Marx sigue siendo
superior al actual, el cual es vergonzantemente informal. Es una conducta abstrusa, incluir, por ejemplo, al
“tiempo” en el análisis de la realidad factual, incluso si ese proceder esté apegado a la práctica científica de
los modernos cerebros.
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