Bajar documento - La nueva concepción de la historia

mundo con mediación psíquica e histórica; no obstante, el mismo no es una forma de
conocimiento, en su acepción rigurosa; por tanto, no está ligado al trabajo y desarrollo de la
mente, en sentido propio. El arte debe ser fusionado con el conocimiento, con la esfera que
atribuye la racionalidad, como su expresión formal: “al estudiar la realidad, más y más
aspectos novedosos aparecen; allí está la belleza”. ¿La belleza de sentir? No. La belleza de
pensar (esa la concepción madura, estaliniana del arte).
De manera que el arte tiene un papel fundamental que jugar todavía en el nivel social
en el que el poder ha concentrado la pobreza, las penas, la ausencia de autoestima, la
degradación moral incluso. En este estrato de la población, que en el planeta es amplio, el arte
sirve inmensa, prodigiosamente como terapia. En mi país: el Ecuador, hay una canción
popular nueva, hermosa, producida precisamente allí en el sitio en el que ha sabido emerger
otra, clásica, bella: Carpuela Lindo del recientemente desaparecido gran Milton Tadeo, en la
hidalga provincia norteña de Imbabura, cuna del gran Agustín Cueva D.: el “mayor pesador
marxista ecuatoriano”; ritmo que expresa de nuevo la índole buena, sana, ingenua del pueblo
llevado a cabo en medio de un espectáculo hermoso de baile, de animación, de rostros
sinceros: el mejor de todos, que está destinado a apoderarse de los corazones de los sectores
humildes, pese a que hoy tímidamente apenas se deje oír en un canal de televisión. Después
de tanta pena, un momento de alegría en grupo: ¡vale! Permítame, déjeme, que me de el
placer de tararear un par de versos de dicho prodigio artístico musical generado en las
entrañas del pueblo:
“Chu chu chu, chu chu chu, chu chu chu:
llegando a Lita, el tren se descarriló...
Chu chu chu, chu chu chu, chu chu chu:
mi negra ya no volverá...”.
No obstante, regrese a echar una mirada al planeta y podrá advertir: un mundo
marioneta de los sentidos, sujeto totalmente al imperio del cerebro derecho mafioso, dañado:
del sexo, del deseo, del arte, de la maternidad, del trago, de las fiestas, de la cerveza alemana,
de la intuición, de la religión. Porque el arte no tienen los animales y por cuanto es una
práctica de la “inteligencia ´emocional´” que exige el aporte de destrezas desarrolladas por la
conciencia sobre la parte operativa, se cree que es una actitud noble, específicamente humana,
o sea, la genuina expresión de los sentimientos, es decir, la experiencia de los sentidos
históricamente plasmada en sociedad. Por ejemplo: ¿hay diferencia entre la adicción al
alcohol, a los estupefacientes (nuevamente el cerebro derecho) y la frecuente práctica de
algunos deportes? Los juegos de azar, los juegos de amor, la baraja, el casino, los juegos
electrónicos, la pornografía en Internet,... Las corridas de toros, la pelea de gallos, el box, que
a más de deporte, se dice que constituyen con todo derecho una forma de arte, pues reúnen
esas dos esferas componentes (entretenimiento y belleza) del modo de vida de ciertos grupos
humanos, de su identidad, su “cultura”. En tanto sobre dichas actividades el veredicto es
disímil, en su apreciación el lenguaje funciona como simple “convención”: sus cultores
afirman que si tales artes son rechazados por alguna gente, eso se debe a que no los entienden.
Pero su recusación puede venir tan sólo del “choque cultural”, en la medida en que comportan
actos que salen de los patrones conocidos; o, en su defecto, sobre ellas puede verterse el
juzgamiento que proviene de una posición racional evolucionada; y, allí: la cosa cambia.
Se dice que también hay arte en el amor: el arte de amar. Perfecto. ¿Qué es la
seducción? Como ya se sostuviera en frases anteriormente dichas, es la puesta en operación de
la “estrategia” a la que acude el supuesto amor racional, o sea, la acción recíproca entre la
pareja de cerebros de macho (picardía) y hembra humanos, en la actualidad conducente a la
masiva práctica del sexo sin objetivo en la posmodernidad. A fin de marcar distancias o
descargar toda responsabilidad en tales ajetreos y tribulaciones del corazón, le afirmo que la
persona a la que Ud. ausculta con preguntas, ya no puede hablar de amor, en el sentido de que
no puedo proceder conscientemente a alagar de forma mañosa, cínica, cursi, vana, a una
mujer con piropos: eso equivaldría a insultar la inteligencia de una mujer; en realidad, los
“sentimientos” que tienen función socialmente cohesiva o integradora en la vida personal, que
a su vez son su efecto, se corresponden con la racional experimentación de rechazo si algo
está mal y de aceptación, de ocurrir todo lo contrario. La persona que le habla, no quiere ni
ama a nadie (es obvio, que tampoco ese es el deseo para uno); solamente tiene aprecio, valora
y considera a personas catalogadas como buenas, según una concepción ética comunista;
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