Bajar documento - La nueva concepción de la historia

científico-revolucionario marxista 740 . Esta antinomia con el status está dada, pues, los
pequeños relatos se oponen al interés del capital por desatar el proceso de la globalización, no
obstante de que los “pequeños relatos” se ponen más del lado del pensamiento económico
neoclásico, de las tesis sobre la democracia liberal del mercado (respeto a los gay, a las
lesbianas, a las mujeres, a los negros, al multiculturalismo,…: exaltación de la diferencia); en
realidad, el golpe más contundente al posmodernismo, incurso en los propios hechos, es la
globalización (concretización, totalización: la operación de la ley de hierro del progreso de las
fuerzas productivas): la pobreza, los problemas ambientales, los financieros, los de género, los
migratorios, son hechos universales y “regulares”, que rebaten el criterio particularizante de la
visión posmoderna (J. P. Feinmann). En realidad, una mente, que se pretende sensata, debe
mantenerse en la esencia, pasar (pisándola) sobre la pretendida era del reinado de los
“pequeños relatos” rumbo siempre a la totalidad, y este es un acto volitivo superior: de
carácter, que implica la lucha interior entre la doxa hedónica y la episteme racional.
La mirada –por tanto- tiene en frente el momento, para el género in abstracto, de la
desestructuración en la mente, de las esferas determinadas de la realidad (por la impresión que
las nuevas hipótesis en materia de astrofísica han ejercido sobre aquella). La historia se
desplaza sola en ese sentido (la “clase” ya no es más: es la población la que genera los nuevos
abanderados, formula las tareas de su tiempo, pero sobre el presupuesto de la ideología
práctica ontologizada en la polaridad conservación/discontinuidad: el desarrollo de las fuerzas
productivas, el ascenso pertinaz del status de la conciencia); el papel plasmado del sujeto
histórico de la transformación: el proletariado político, actuante en el interior del modo
burgués de vida, ha fijado esa ruta: ese rumbo de desarrollo de las fuerzas productivas, sobre
el cual se configura y establece el curso del desvelo de la razón. Si el agente histórico ha
terrenalizado su misión, si éste ha devenido inexorablemente, su presencia prende de modo
supratemporal en el flujo del orden antagónico del mundo actual (en el sentido del efecto que
proviene de la naturaleza trascendente de su metadiscurso de cambio, de índole ilusoria,
precisamente por su orden de empiricidad), su estado mayor, el instrumento teórico-práctico
de su dirección, conducción, evaluación y retroalimentación: el órgano político
marxistaleninista, conduce también el desplazamiento político actual materializado en los
presupuestos de todo movimiento, que acerca a la especie a su nuevo sino. Este instrumento
se ha sembrado y despliega todo el poder de su propuesta en la más leve y parcial acción
subversiva que irrumpe en el mundo (esto ocurre así, haya o no conciencia de ello, admítaselo
o no, dicho carácter). El proceso se instituye de forma autodictada, cotidianamente
vertebrado, en el que los nuevos cuadros se desembarazan del orden de determinación de sus
predecesores: el sentido de la conducta de los “mandos medios” infatuada, oportunista o
egolátrica, con la cual se empuja el carro en el anonimato de la historia. En efecto, visiones y
senderos hacia ellas, concebidos por los muertos, conducen las acciones de los vivos, y lo
hacen: al margen de la percepción o con la negación vergonzante de la conciencia actuante;
no obstante, éstos se encuentran condenados a receptar el influjo de la tradición, pese a que no
lo vean como tal. En una palabra: la tendencia principal, dominante, para el devenir humano:
está puesta; ésta se abre paso entre una amalgama de propensiones opuestas y favorables: los
últimos brotes de la resistencia burguesa y los apoyos provenientes de la praxis política de los
movimientos armados con la voluntad de renovación.
La forma en la que opera esta realidad, como efecto de su ingreso en un estadio
provisional, conduce hacia la convalidación de transformaciones subordinadas a su naturaleza
principal, esto es, a la determinación estructural, que ha devenido en más concreta: la esfera
de la reproducción del substrato material para el libérrimo flujo de la conciencia. Por ejemplo,
el estado de superproducción cíclica, no únicamente es el resultado de la operación libre de
las fuerzas del mercado o de la anarquía en la toma de decisiones; por el contrario, esta vez el
suceso tiene que ver con el fenómeno de vertical incremento de la “productividad” (nivel de)
de la técnica, el cual convierte en deleznable el principio epistemológico de la “escasez” de la
teoría económica neoclásica (en verdad: en el momento en que se empieza a hablar de la
“productividad de las máquinas”, también debe hacérselo respecto del límite al que va
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La poderosa pléyade de cerebros que normalmente ha dado la muy ilustrada Europa, en muchos de los casos
ha puesto su interés en “objetos” literarios y psicológicos, es decir, históricamente se ha asignado materia gris
fuera de lo que han sido los requerimientos prácticos de intervención transformadora real sobre el mundo; en
verdad, mientras no se atente en los hechos contra el poder mundial, mentes lúcidas pueden hablar y vivir bien,
trabajar en universidades y difundir sus cavilaciones. Esa ha sido la norma.
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